La novela hispanoamericana S.XX: Pervivencia del Realismo (hasta 1945)

La novela hispanoamericana se caracteriza hasta 1940-1945 por una continuación de la novela realista del siglo XIX. No hay en principio renovación formal. Se siguen empleando técnicas realistas e incluso a veces con restos del Romanticismo. Con todo se aprecian los primeros intentos de renovación novelesca en:

  • Los intentos de renovación en el lenguaje, generalmente por  elementos lingüísticos modernistas, nuevos modos de presentación espacio-temporal (véase Los de abajo, de Mariano Azuela, por ejemplo), pero aún con la pervivencia de los modos típicos de la narración realista: cronología lineal, narración en 3ª persona, imitación de la realidad,  etc.
  • Renovación temática, que se aprecia en el acercamiento a los problemas de la realidad americana del momento.

 En este periodo podemos distinguir  tres subgéneros destacados:

1. La novela de la naturaleza, o también conocida como novela de la tierra. La mirada del escritor se centra en la naturaleza salvaje americana en conflicto con el hombre que la habita. Esta expresión de la lucha del ser humano con una naturaleza que le supera en fuerzas es un rasgo de, en general, la novela americana moderna, sino recordemos los ejemplos de Moby DickEl viejo y el mar, en Norteamérica.

 Autores y obras:

  • La Vorágine (1924) del colombiano José Eustasio Rivera: La novela narra la huida de Arturo Cova y Alicia (que se escapa con Cova para evitar ser casada por su padre con un terrateniente). En su huida los personajes se topan con todo un mosaico de la realidad salvaje colombiana de finales del siglo XIX. Además de los personajes, la otra gran protagonista de la obra es la Naturaleza, presente en todo el relato y dominadora. Es esa vorágine que terminará por devorar a los personajes.
  •  Don Segundo  Sombra (1926) del argentino Ricardo Güiraldes. Se centra en el mundo del gaucho argentino, un ser legendario y presentado por el autor como poseedor de la autenticidad del argentino. La novela está narrada en primera persona por Fabio Cáceres un joven huérfano que crece y se hace hombre al lado de Don Segundo (por cierto, personaje basado en un gaucho real). Cuando Fabio tenga que abandonar la vida del campo para administrar una inesperada fortuna de la que es heredero, recordará aquellos momentos al lado de Don Segundo con nostalgia a la vez que admiración por el gaucho, sentimientos con los que el autor pretendía los lectores se sintieran identificados. 

 Don Segundo Sombra es el brillante punto final del ciclo de la literatura gauchesca del XIX representada por las obras  Facundo y Martín Fierro. Y como en ellas el gaucho es descrito con veneración y respeto, y tiene como trasfondo el enfrentamiento entre civilización (pasado) y barbarie (progreso).   

  •  Doña Bárbara (1929) del venezolano Rómulo Gallegos. Tiene elementos similares a los de La vorágine como son: el enfrentamiento con la naturaleza (que alcanza la altura de mito), el argumento “romancesco”, es decir, deudor de las tramas de la novela romántica, el realismo como medio de expresión. Sin embargo, se diferencian en que en Doña Bárbara aparece un motivo sociopolítico importante: se centra en la lucha de la civilización, representada por Santos Luzardo en la obra, frente a la barbarie, Doña Bárbara en la novela.    

 (Para completar información sobre estas tres novelas – sobre todo para profes- les aconsejo visiten este enlace

2. La novela de la revolución o novela política que centra su atención en los problemas sociopolíticos de una zona tan inestable como es el sur de América en las primeras décadas del siglo XX. De esta preocupación política nacen dos subgéneros:

  • La revolución mexicana, que retrata el violento conflicto que castigó México de 1910 a 1024. Muchos de estos narradores participaron directamente en el conflicto por lo que sus testimonios fueron vividos en primera persona. La mejor de estas novelas es, sin duda, Los de abajo, del mexicano Mariano Azuela, además cabe recordar obras como El águila y la serpiente y La sombra del caudillo, del mexicano Luis Martín Guzmán.

La novela de la revolución mexicana, como decimos, engloba a toda una serie de obras que abordaron el conflicto de la revolución que se inició en México en 1910.

Los de abajo (1916) de Mariano Azuela es la más representativa de todas ellas. Azuela era también revolucionario y escribió la obra desde el campo de batalla. La novela narra la peripecia de uno de los muchos caudillos revolucionarios locales, Demetrio Macías, que tras un paréntesis vuelve a la lucha porque es la única forma de vida que conoce. En Los de abajo la revolución es presentada como un conflicto en el que solo hay vencidos, es como un huracán que acaba con todo y atrapa  a las personas en un ciclo de destrucción sin fin. La novela avanza por medio de breves e impactantes estampas descritas con técnicas expresionistas.

Demetrio Macías, como el resto de combatientes, luchan por inercia; dice Macías en la obra:

— .Villa?… .Obregón?… .Carranza?… !X… Y… Z. J .Que se me da a mi?… !Amo la Revolución como amo al volcán; a la Revolución, porque es Revolución!… Pero las piedras que quedan arriba o abajo, después del cataclismo, que me importa a mi?…

 Y en combate encuentra la muerte, la única forma de acabar con la espiral de violencia en que Macías y el resto han convertido sus vidas.

 En las novelas de  las revolución, el pueblo se convierte en el verdadero protagonista: busca con ilusión una nueva sociedad, pero acaba siempre frustrado y abatido por la pérdida y la desilusión.

Además de los mencionados Mariano Azuela y Martin Luis Guzman conviene recordar a  Jose Ruben Romero (1890-1952) con obras como Anticipacion a la muerte (1939) y La vida inutil de Pito Perez (1938) y, sobre todo,  Mi caballo, mi perro, mi rifle (1936).

  •  La novela de dictador hace referencia a toda una tradición de novelas que retratan a diferentes dictadores que han tiranizado a la mayor parte de los países de Hispanoamérica durante buena parte del siglo XX. Tradicionalmente es se considera a la ya citada La sombra del caudillo como la primera de estas novelas que se desarrollaran en la década siguiente y que van a constituir uno de los subgéneros narrativos más productivos en toda América Latina. Un precursor de estas novelas fue Valle-Inclán con Tirano Banderas (1925); el caso es que el subgénero no ha parado de dar títulos paulativamente a lo largo del siglo XX: El otoño del patriarca, Yo, el supremo, El señor Presidente, El discurso del método, etc.,   y sigue presente en nuestros días, solo basta recordar una de las mejores últimas obras de Vargas Llosa, La fiesta del Chivo (2000).

 3. La novela indigenista en la que se mezclan  preocupaciones sociales con la búsqueda de las raíces indígenas y la denuncia de sus problemas de discriminación. Destaca la obra Los ríos profundos de J Mª Arguedas.

 El inicio de este tipo de narrativa comienza a fines del XIX con Aves sin nido de Clorinda Mato de Turner. Ya en el siglo XX evoluciona con obras como Raza de Bronce del boliviano Alcides Arguedas y con Huasipungo del ecuatoriano  Jorge Icaza;  El mundo es ancho y ajeno novela del peruano  Ciro Alegría (el vagar por un mundo extraño y “ajeno” para el indio que ha sido expulsado de su tierra).

 Conviene recordar, antes de concluir este repaso, la labor de eminentes autores cuya obra difícilmente podemos encasillar en los tres subgéneros anteriores, pero que por su importancia es obligado que repasemos:

  • Los venezolanos  Miguel Otero Silva(1908-1985),  y, especialmente,  Arturo Uslar Pietri (1906-2001) siguen  la renovación narrativa anunciada por las novelas de Rómulo Gallegos.  

Uslar Pietri se vale de la historia para contar circunstancias y preocupaciones de la vida cotidiana. La más importante de sus novelas es Las lanzas coloradas (1931), novela de protesta que narra los conflictos provocados por los soldados durante la guerra civil venezolana. Otras obras destacadas suyas son:  El camino de El Dorado (1948) y Oficio de difuntos (1976).

A partir de la década de los años treinta, la narrativa de Uslar Pietri tiene rasgos del realismo mágico, movimiento del que fue uno de sus iniciadores  junto a Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier. 

 

Bibliografía

  • Oviedo, José Miguel. Historia de la literatura hispanoamericana, Vol.3. Madrid: Alianza, 2001.
  • Bellini, Guiseppe. Nueva historia de la literatura hispanoamericana. Madrid: Castalia, 1997.

 

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