Dos autores fundamentales en la novela de posguerra
Miguel Delibes (1920- 2009)
Estudió derecho, Comercio y llegó a ganar la Cátedra de Derecho Mercantil en Valladolid, pero pronto se dedicó de lleno a la literatura. Actividad que compaginó con el periodismo, donde llegó a ser redactor y, más tarde, director del periódico el Norte de Castilla (periódico editado en Valladolid).
En 1982 ganó el premio Príncipe de Asturias, como reconocimiento a toda su carrera.
Obra
Con la publicación de su primera novela, La sombra del ciprés es alargada (1948), recibió el Premio Nadal; desde entonces, se puede decir, que el reconocimiento literario no le ha abandonado.
Su obra la podemos dividir en varios periodos o etapas:
A) Una inicial hasta 1966 (aproximadamente) formalmente marcada por una novela de corte más tradicional, con iniciales ecos del tremendismo (La sombre del ciprés es alargada), pero sobre todo caracterizada por el realismo y la rehumanización de las gentes del campo (denostadas en La familia Pascual Duarte). De esta etapa destaca El camino (1950), su primera gran novela. La novela cuenta los recuerdos de Daniel, El Mochuelo la noche anterior de su partida a la ciudad para estudiar. Por otro lado, el recurso del recuerdo o monólogo como eje narrativo de la obra lo empleará el autor en repetidas ocasiones, la más célebre en Cinco horas con Mario. La novela, por último, se ambienta en el campo e inicia un largo ciclo de novelas rurales (el retrato costumbrista del campo y sus gentes son su principal fuente de inspiración).
De esta etapa destacan también otras novelas de ambiente rural como: Diario de un cazador (1955) o Las ratas (1962), novela esta que inicia el cambio en su novelística hacia una mayor preocupación por la crítica social y política.
B) Desde la publicación Cinco horas con Mario (1966), hasta la aparición de otra de sus mejores obras: Los Santos Inocentes (1981), la producción de Delibes da un ligero giro hacia el compromiso social y político, y hacia una literatura más experimental, que incorpora audaces hallazgos narrativos como el monólogo interior, la experimentación con el lenguaje, etc.
Cinco horas con Mario, transcurre durante el velatorio de Mario, que es el muerto. Quien pasa con él las cinco horas del título es su mujer Carmen. Además de la calidad de la narración, lo que ha hecho famosa a la obra es el empleo del monólogo interior (sin llegar a los extremos experimentales de, por ejemplo, Ulisses de Joyce). Era la tónica de esos años: la novela social va dejando paso a la novela experimental, en este sentido Cinco horas con Mario es está en la órbita de la nueva novela experimental que como sabemos arranca con Tiempo de silencio de 1962.
En esta etapa además de las novelas rurales, Delibes se siente atraído por la novela de ambientación urbana como Mi idolatrado hijo Sisí (1953) y La hoja roja (1959).
Otras novelas importantes de Delibes son: El príncipe destronado (1973), El disputado voto del señor Cayo (1978)
En 1981 publica una de sus mejores novelas: Los santos inocentes. El argumento narra la difícil existencia de una familia que malvive durante la posguerra en un cortijo extremeño sometida a los caprichos e injusticias del señorito Iván, un cacique egoísta y caprichoso.
C) A partir de la década de 1990, el autor siente absoluta libertad creadora desligada de tendencias. En estos últimos años aún es capaz de dejarnos algunas grandes obras como Señora de rojo sobre fondo gris (1991), y la exitosa El Hereje, (1998)
Camilo José Cela (1916-2002)
Comienza su producción con La familia de Pascual Duarte (1942), la obra clave en la recuperación de la novela española después de la guerra civil. Con ella, se da a conocer y comienza a publicar regularmente.
Sus novelas no son propiamente de denuncia social, sino más bien testimoniales, es decir, el autor se limita a presentar situaciones más o menos duras, como la difícil vida de los españoles durante los años cuarenta y la violencia del ambiente, pero se mantiene al margen de la narración. Ésta es la actitud típica de la narrativa de Cela: el narrador no sentencia, no nos guía en la interpretación de la realidad, tenemos que ser nosotros, lectores, los que reconstruyamos mentalmente el relato y extraigamos las conclusiones. Un modo admirable de narrar, ése en el que la novela realmente se completa en la mente de cada lector.
Su gran novela es La colmena, publicada en 1951 en Buenos Aires a causa de su prohibición en España. El autor se mantiene al margen y cuenta todo lo que hacen y dicen sus personajes, sin intervenir: es la denominada técnica objetivista o “behavorismo”. Se considera que esta novela abre el camino a la novela social que se desarrolla durante los años cincuenta. Cela confirma su maestría en el uso del idioma, en otras dos novelas publicadas en la década: Mrs. Caldwell habla con su hijo (1953) o La Catira (1953), en la que recrea admirablemente el español utilizado en Venezuela.
En los años sesenta, como tantos otros narradores realistas, practica con la novela experimental con San Camilo 1936 (1969) y Oficio de tinieblas 5 (1973).
De sus últimas novelas destacan, Mazurca para dos muertos (1983) y Madera de boj (1999).
Dominó también el relato corto, que él llamaba “Apuntes carpetovetónicos”, destacan: El bonito crimen del carabinero (1947) y El gallego y su cuadrilla (1951). No podemos olvidar los libros de viajes de Cela, entre ellos se encuentra una de sus obras maestras: Viaje a la Alcarria (1948).
En 1989 recibió el premio Nobel de Literatura por el conjunto de su obra.