Comentario de Crónica de una muerte anunciada

1. Resumen del Argumento:

Es una novela breve de menos de 200 páginas. El contenido se distribuye en 5 capítulos. Tiene la apariencia de crónica periodista que reconstruye un hecho real por medio de la investigación.

 Crónica de una muerte anunciada reconstruye el asesinato de Santiago Nasar, sucedido hace 27 años. El narrador es el propio autor que se presenta como “cronista” que ha redactado la obra después de interrogar e informarse sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Nasar. García Marquez era un joven cuando sucedieron los hechos y recopila recuerdos, informaciones que le dan su propia madre y otras personas testigos de la tragedia.

 ¿Y qué es lo que sucedió? Pues que a Santiago Nasar lo mataron los hermanos gemelos  Vicario por una cuestión de honor. Acusaron a Santiago de haber sido el causante de la deshonra familiar por haber desvirgado a su hermana Ángela.

Todo sucede en menos de 24 horas: Ángela Vicario (una joven de modesta familia) se casa con Bayardo San Román (un forastero rico recién llegado al pueblo) y en la noche de bodas su marido descubre que no es virgen y la devuelve a la casa de sus padres. Allí ella, presionada por su familia, confiesa que quien la había desvirgado fue Santiago Nasar. En consecuencia,empujados por el “código de honor”, los hermanos de Ángela se ven obligados a matarlo esa misma mañana, pero en realidad no quieren hacerlo.

Santiago se llevaba bien con la familia Vicario. Era uno de los invitados a la boda, y cuando se fue a dormir nada le hacía pensar que iba a ser asesinado por sus amigos, los gemelos Pedro y Pablo Vicario.

Santiago, a la mañana siguiente de la boda, se levantó pronto, como a las cuatro de la mañana, para ir al puerto y ver la llegada del barco del obispo que pasaba esa día por la villa. Antes de salir de casa, los hermanos Vicario lo estaban esperando en una tienda-bar que estaba en el camino que sabían tomaría Nasar para ir al puerto. Sin embargo, por la borrachera se quedan dormidos justo cuando éste pasa. La dueña del establecimiento sabía de las intenciones de éstos pero no les creyó; las criadas de la casa de Santiago también lo sabían, pero no le dijeron nada porque lo odiaban y en el fondo querían que lo mataran (incluso alguien había metido un anónimo bajo la puerta para avisarle, pero nadie en la casa lo vio).

Al llegar al puerto mucha gente ya lo sabe (texto primero de la antología), pero unos no lo creen y otros piensan que Santiago ya lo debía saber porque es imposible que no lo supiera. Lo cierto también es que Santiago no caía bien entre la gente del pueblo, su carácter arrogante y su condición de extranjero rico le ganaron antipatías.

Después de más peripecias, por fin los gemelos Vicario encontraron a Santiago cuando regresaba a su casa que se encontraba en la plaza del pueblo. Él al verlos venir con cuchillos, huye corriendo para esconderse en casa de su novia que es vecina a la suya. Allí le cuentan lo que pasa y Santiago trata de coger un arma para defenderse. Como no la encuentra, sale corriendo para su casa (ya hemos dicho que estaba al lado) y cuando esta a punto de entrar, su madre, alarmada por los gritos de la plaza (“van a matar a Santiago”) y pensando que su hijo dormía dentro, cierra la puerta principal para evitar que los asesinos lo encuentren. A quien cierra sin saberlo es a su hijo, y los hermanos Vicario logran así alcanzarlo por detrás y coserlo a cuchilladas. Santiago, mal herido, consigue bordear la finca y entrar por la otra puerta para caer muerto dentro de la casa.

El destino, la casualidad o quién sabe qué hicieron que nadie lo avisara a tiempo y Santiago muriera asesinado en la puerta de su casa.

Los acontecimientos sucedieron en un breve espacio de tiempo, en menos de 24 horas: desde el domingo de la boda hasta el lunes del crimen; son horas muy detalladas a las que se les añadirá el cierre posterior, 23 años después, cuando se produce el reencuentro entre Bayardo y Ángela con el que se termina la novela.

 

2. Temas

El tema principal de la obra sería el fatalismo (llámese también destino –cruel-). Parece que todo viene marcado desde el principio por un fatalismo o destino cruel del que los individuos presentes en el mundo de la novela no pueden escapar: los hermanos hacen todo lo posible para evitar el crimen y no lo consiguen. Se dieron las circunstancias para evitarlo porque mucha gente lo sabía y Santiago había estado en lugares públicos donde podía haber sido avisado, pero sorprendentemente nadie lo avisa; por si todo esto fuera poco: puertas que deberían estar abiertas están cerradas, no puede defenderse con la escopeta, etc. Todo en la obra parece una burla cruel y sádica del destino.  Al final, Santiago muere por algo que no hizo. 

Pensamos que el tema del fatalismo está directamente relacionado con planteamientos del Realismo Mágico: la realidad diaria y cotidiana está plagada de acciones que se escapan al dominio de la lógica y lo racional. Hechos que nos superan y no tienen explicación o la tienen en si misma: suceden y nada más. 

 

– Otros temas:

  • La imposibilidad de conocer la verdad: La novela se presenta como la reconstrucción casi periodística de unos hechos reales a través de la investigación, pero no se alcanzan conclusiones definitivas de por qué y cómo pasó, porque los testimonios son a veces contradictorios. Lo importante en la obra no es conocer qué paso (eso lo sabemos desde la primera línea) sino cómo y por qué pasó.
  • La violencia : Desde el título el contenido de la obra está marcado por la violencia que viene motivada por arcaicas convicciones como el machismo y la obligación de la venganza para cumplir con el código del honor. Estos condicionantes están presentados por el autor desde el distanciamiento, la ironía, el humor sarcástico: los hermanos Vicario deben matar, pero hacen todo lo posible para evitar el asesinato.
  •  Las creencias ancestrales y arcaicas: El código del honor y la superstición religiosa: un mecanismo de venganza al que hay que cumplir para restaurar el orden de la moral colectiva (como en el teatro barroco español). Por otro lado, no es casual que el crimen suceda el mismo día en que el obispo visita la villa. Con estos ingredientes se mezclan la religiosidad superficial y fetichista con el verdadero fundamento de los principios cristianos tan alejados de la venganza y el crimen. 

 

3. Técnica narrativa

La novela es la reconstrucción de una historia en la que un narrador en primera persona (Gabriel García Márquez en el papel de narrador es testigo de algunos de los hechos narrados). Cuando este narrador escriba la novela años más tarde, investiga en el lugar de los hechos (de ahí el nombre de crónica): hace entrevistas a las personas implicadas, relee informes y actas del juzgado e incluso echa mano de su propia memoria pues él mismo de niño  estuvo en el pueblo el día de la boda.

Todo ello es presentado desde el multiperspectivismo: conocemos los hechos por lo que dice el narrador y los personajes que son protagonistas y testigos de los hechos. De este modo la historia narrada necesariamente ha de ser ambigua, pues a veces las diversas opiniones sobre un mismo acontecimiento coinciden o no. En especial, como hemos venido repitiendo, es llamativo que no se aclaren los dos puntos claves de la historia:  quien ‘deshonró’ a Ángela y si querían o no los hermanos Vicario asesinar a Santiago, el narrador afirma que “los hermanos Vicario no hicieron nada de lo que convenía para matar a Santiago Nasar de inmediato y sin espectáculo público, sino que hicieron mucho más de lo que era imaginable para que alguien les impidiera matarlo, y no lo consiguieron.” (texto 2 de la antología), como si el destino, la casualidad y la acción de algunos personajes los condujeron al crimen.  El autor nos presenta el contenido diverso y contradictorio para que, como en todas las grandes historias,  la última palabra la tenga el lector.

Todo ello presentado con un caos temporal en la narración que avanza y retrocede en el tiempo, presentando primero hechos que pasan más tarde y al revés. Así se complica la recepción de la novela, pero a la vez, es más interesante el descubrimiento de los acontecimientos.

 

4. Estilo

El autor emplea la lengua oral, el registro coloquial, pero combinado con otros registros cultos y literarios. En ocasiones sorprende lo retórico de algunos pasajes y toda la novela está impregnada por la ironía, el humor negro y en ocasiones el sensualismo y la fantasía.  El realismo mágico se observa en el gusto por mezclar lo extraordinario dentro de la normalidad de lo cotidiano.

 

5. Antología de textos

 

Texto 1

 Santiago Nasar era un hombre de fiestas, y su gozo mayor lo tuvo la víspera[1] de su muerte, calculando los costos de la boda. En la iglesia estimó que habían puesto adornos florales por un valor igual al de catorce entierros de primera clase. Esa precisión había de perseguirme durante muchos años, pues Santiago Nasar me había dicho a menudo que el olor de las flores encerradas tenía para él una relación inmediata con la muerte, y aquel día me lo repitió al entrar en el templo. «No quiero flores en mi entierro», me dijo, sin pensar que yo había de ocuparme al día siguiente de que no las hubiera. En el trayecto de la iglesia a la casa de los Vicario sacó la cuenta de las guirnaldas2 de colores con que adornaron las calles, calculó el precio de la música y los cohetes3, y hasta de la granizada4 de arroz crudo con que nos recibieron en la fiesta. En el sopor5 del mediodía los recién casados hicieron la ronda6 del patio. Bayardo San Román se había hecho muy amigo nuestro, amigo de tragos7, como se decía entonces, y parecía muy a gusto en nuestra mesa. Ángela Vicario, sin el velo8 y la corona y con el vestido de raso9 ensopado10 de sudor, había asumido de pronto su cara de mujer casada. Santiago Nasar calculaba, y se lo dijo a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese momento unos nueve mil pesos. Fue evidente que ella lo entendió como una impertinencia11. «Mi madre me había enseñado que nunca se debe hablar de plata delante de la otra gente», me dijo. Bayardo San Román, en cambio, lo recibió de muy buen talante12 y hasta con una cierta jactancia13.

-Casi -dijo-, pero apenas estamos empezando. Al final será más o menos el doble.

Santiago Nasar se propuso comprobarlo hasta el último céntimo, y la vida le alcanzó justo. En efecto, con los datos finales que Cristo Bedoya le dio al día siguiente en el puerto, 45 minutos antes de morir, comprobó que el pronóstico14 de Bayardo San Román había sido exacto.

 

Texto 2

 

El abogado sustentó1 la tesis del homicidio en legítima2 defensa del honor, que fue admitida por el tribunal de conciencia, y los gemelos declararon al final del juicio que hubieran vuelto a hacerlo mil veces por los mismos motivos. Fueron ellos quienes vislumbraron3 el recurso de la defensa desde que se rindieron ante su iglesia pocos minutos después del crimen. Irrumpieron4 jadeando5 en la Casa Cural, perseguidos de cerca por un grupo de árabes enardecidos6, y pusieron los cuchillos con el acero limpio en la mesa del padre Amador. Ambos estaban exhaustos7 por el trabajo bárbaro de la muerte, y tenían la ropa y los brazos empapados8 y la cara embadurnada9 de sudor y de sangre todavía viva, pero él párroco10 recordaba la rendición como un acto de una gran dignidad.

-Lo matamos a conciencia -dijo Pedro Vicario-, pero somos inocentes.

-Tal vez ante Dios -dijo el padre Amador.

-Ante Dios y ante los hombres -dijo Pablo Vicario-. Fue un asunto de honor.

Más aún: en la reconstrucción de los hechos fingieron un encarnizamiento11 mucho más inclemente12 que el de la realidad, hasta el extremo de que fue necesario reparar con fondos públicos la puerta principal de la casa de Plácida Linero, que quedó desportillada13 a punta de cuchillo. En el panóptico14 de Riohacha, donde estuvieron tres años en espera del juicio porque no tenían con que pagar la fianza para la libertad condicional, los reclusos15 más antiguos los recordaban por su buen carácter y su espíritu social, pero nunca advirtieron en ellos ningún indicio de arrepentimiento16. Sin embargo, la realidad parecía ser que los hermanos Vicario no hicieron nada de lo que convenía para matar a Santiago Nasar de inmediato y sin espectáculo público, sino que hicieron mucho más de lo que era imaginable para que alguien les impidiera matarlo, y no lo consiguieron.

Según me dijeron años después, habían empezado por buscarlo en la casa de María Alejandrina Cervantes, donde estuvieron con él hasta las dos. Este dato, como muchos otros, no fue registrado en el sumario17. En realidad, Santiago Nasar ya no estaba ahí a la hora en que los gemelos dicen que fueron a buscarlo, pues habíamos salido a hacer una ronda de serenatas, pero en todo caso no era cierto que hubieran ido. «Jamás habrían vuelto a salir de aquí», me dijo María Alejandrina Cervantes, y conociéndola tan bien, nunca lo puse en duda. En cambio, lo fueron a esperar en la casa de Clotilde Armenta, por donde sabían que iba a pasar medio mundo menos Santiago Nasar. «Era el único lugar abierto», declararon al instructor18. «Tarde o temprano tenía que salir por ahí», me dijeron a mí, después de que fueron absueltos19. Sin embargo, cualquiera sabía que la puerta principal de la casa de Plácida Linero permanecía trancada20 por dentro, inclusive durante el día, y que Santiago Nasar llevaba siempre consigo las llaves de la entrada posterior. Por allí entró de regreso a su casa, en efecto, cuando hacía más de una hora que los gemelos Vicario lo esperaban por el otro lado, y si después salió por la puerta de la plaza cuando iba a recibir al obispo21 fue por una razón tan imprevista que el mismo instructor del sumario no acabó de entenderla.

Nunca hubo una muerte más anunciada. Después de que la hermana les reveló el nombre, los gemelos Vicario pasaron por el depósito de la pocilga22, donde guardaban los útiles de sacrificio, y escogieron los dos cuchillos mejores: uno de descuartizar23, de diez pulgadas24 de largo por dos y media de ancho, y otro de limpiar, de siete pulgadas de largo por una y media de ancho. Los envolvieron en un trapo, y se fueron a afilarlos25 en el mercado de carnes, donde apenas empezaban a abrir algunos expendios.

Texto 3

«Una noche me preguntó cuál era la casa que más me gustaba -me contó Ángela

Vicario-. Y yo le contesté, sin saber para qué era, que la más bonita del pueblo era la quinta del viudo de Xius.» Yo hubiera dicho lo mismo. Estaba en una colina barrida por los vientos, y desde la terraza se veía el paraíso sin limite de las ciénagas cubiertas de anémonas moradas, y en los días claros del verano se alcanzaba a ver el horizonte nítido del Caribe, y los trasatlánticos de turistas de Cartagena de Indias. Bayardo San Román fue esa misma noche al Club Social y se sentó a la mesa del viudo de Xius a jugar una partida de dominó.

-Viudo -le dijo-: le compro su casa.

-No está a la venta -dijo el viudo.

-Se la compro con todo lo que tiene dentro.

El viudo de Xius le explicó con una buena educación a la antigua que los objetos de la casa habían sido comprados por la esposa en toda una vida de sacrificios, y que para él seguían siendo como parte de ella. «Hablaba con el alma en la mano -me dijo el doctor Dionisio Iguarán, que estaba jugando con ellos-. Yo estaba seguro que prefería morirse antes que vender una casa donde había sido feliz durante más de treinta años.» También Bayardo San Román comprendió sus razones.

-De acuerdo -dijo-. Entonces véndame la casa vacía.

Pero el viudo se defendió hasta el final de la partida. Al cabo de tres noches, ya mejor preparado, Bayardo San Román ,Volvió a la mesa de dominó.

-Viudo -empezó de nuevo-: ¿Cuánto cuesta la casa?

-No tiene precio.

-Diga uno cualquiera.

-Lo siento, Bayardo -dijo el viudo-, pero ustedes los jóvenes no entienden los motivos del corazón.

Bayardo San Román no hizo una pausa para pensar.

-Digamos cinco mil pesos -dijo.

Juega limpio -le replicó el viudo con la dignidad alerta-. Esa casa no vale tanto.

-Diez mil -dijo Bayardo San Román-. Ahora mismo, y con un billete encima del otro.

El viudo lo miró con los ojos llenos de lágrimas. «Lloraba de rabia -me dijo el doctor Dionisio Iguarán, que además de médico era hombre de letras-. Imagínate: semejante cantidad al alcance de la mano, y tener que decir que no por una simple flaqueza del espíritu.» Al viudo de Xius no le salió la voz, pero negó sin vacilación con la cabeza.

-Entonces hágame un último favor -dijo Bayardo San Román-. Espéreme aquí cinco minutos.

Cinco minutos después, en efecto, volvió al Club Social con las alforjas enchapadas de plata, y puso sobre la mesa diez gavillas de billetes de a mil todavía con las bandas impresas del Banco del Estado. El viudo de Xius murió dos años después. «Se murió de eso -decía el doctor Dionisio Iguarán-. Estaba más sano que nosotros, pero cuando uno lo auscultaba se le sentían borboritar las lágrimas dentro del corazón.» Pues no sólo había vendido la casa con todo lo que tenía dentro, sino que le pidió a Bayardo San Román que le fuera pagando poco a poco porque no le quedaba ni un baúl de consolación para guardar tanto dinero.

 

Textos tomados de Textos literarios para Maturita   II, de las SSBB en Eslovaquia



[1] víspera: día que antecede inmediatamente a otro determinado, especialmente si es fiesta.

2 guirnalda: tira tejida de flores y ramas.

3 cohetes: fuegos de artificio que constan de un canuto resistente cargado de pólvora y adherido al extremo de una varilla ligera.

4 granizada: refresco  hecho con hielo finamente desmenuzado, al que se agrega alguna esencia, jugo de fruta o bebida alcohólica

5 sopor: adormecimiento, somnolencia.

6 ronda: vigilancia.

7 amigo de tragos: con el vicio de tomar bebidas alcohólicas.

8 velo: Prenda del traje femenino de calle, hecha de tul, gasa u otra tela delgada de seda o algodón, y con la cual solían cubrirse las mujeres la cabeza, el cuello y a veces el rostro.

9 raso: tela de seda lustrosa, de más cuerpo que el tafetán y menos que el terciopelo.

10 ensopado: mojado.

11 impertinencia : dicho o hecho fuera de propósito.

12 talante: semblante o disposición personal.

13 jactancia: alabanza propia, desordenada y presuntuosa.

14 pronóstico: conjetura o adivinación de algo futuro.

1 sustentar: defender.

2 legítimo: conforme a las leyes.

3 vislumbrar: ver.

4 irrumpir: presentarse, aparecer.

5 jadear: respirar anhelosamente por efecto de algún trabajo o ejercicio impetuoso.

6 enardecido: excitado, exaltado.

7 exhausto: totalmente agotado.

8 empapado: mojado.

9 embadurnado: manchado.

10 párroco: cura.

11 encarnizamiento: crueldad con que alguien se ceba en el daño de otra persona.

12 inclemente: que no tiene piedad.

13 desportillado: deteriorado o maltratado, quitándole parte del canto o boca y haciendo portillo o abertura.

14 panóptico: dicho de un edificio: construido de modo que toda su parte interior se pueda ver desde un solo punto.

15 reclusos: presos.

16 arrepentimiento: pesar de haber hecho algo.

17 sumario: resumen, compendio o suma.

18 instructor: que enseña y comunica sistemáticamente ideas, conocimientos o doctrinas.

19 absuelto: declarado libre de responsabilidad penal el acusado de un delito.

20 trancada: asegurada la puerta desde dentro con un palo grueso.

21 obispo: prelado superior de una diócesis, a cuyo cargo está el cuidado espiritual y la dirección y el gobierno eclesiástico de los diocesanos.

22 pocilga: establo para los cerdos.

23 descuartizar: dividir un cuerpo en varias partes.

24 pulgada: medida que es la duodécima parte del pie y equivale a algo más de 23 mm.

25 afilar: sacar filo o hacer más delgado o agudo el de un arma o instrumento.

Gracias por compartir

3 comentarios

  1. hl

    • patricia el 4 mayo, 2015 a las 16:12
    • Responder

    esta obra se trata de suspiro y inspirasion

    • Carlos el 28 julio, 2015 a las 20:51
    • Responder

    Solo estoy haciendo esto por nota
    y el profesor no se da cuenta que los saco de internet
    jajjajjaja

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