1. Introducción
Si tenemos en cuenta el número de ediciones, las montañas de papeles que acumulan estudios y disertaciones, los infinitos lectores que se han asomado a la obra, debemos considerar la novela de Cervantes como la más trascendente de la historia de la literatura.
Ingenio y mito se funden en una obra que inaugura la producción novelesca en occidente tal y como conocemos a día de hoy. Se dice que cualquier novela que se ha publicado, publica o se publique ha tenido, tiene o tendrá algo que ya estaba en el Quijote. Por si mi apreciación puede parecer subjetiva (que lo es en cierto modo) y falta de autoridad (que lo es en todos los modos) baste recordar algunas ilustres afirmaciones acerca de la obra (les garantizo que la lista de los grandes artistas que han elogiado la novela sería inabarcable). Basten dos en realidad. Decía Dostoievski que “En esto, el autor de Don Quijote, gran poeta y profundo observador del corazón humano, ha comprendido uno de los aspectos más misteriosos de nuestros espíritus. Ya no se escriben libros como aquel. Veréis en Don Quijote, en cada página, revelados los más secretos arcanos del alma humana.” Y desde otro planteamiento, afirmaba Malraux: “después de la Segunda Guerra Mundial sólo tres libros –Robinson Crusoe (Defoe), El Quijote (Cervantes) y El Idiota (Dostoievski)- retenían su verdad para los que habían visto las cárceles y los campos de concentración”.
2. Resumen
La obra se compone de dos libros o partes. El primero publicado en 1605 y el segundo de 1615.
La novela va introducida por un prólogo donde el autor deja clara cual fue su intención al escribir la obra: parodiar y acabar con la lectura de los libros de caballerías, por estar mal escritos y ser fantasiosos.
Además en el capítulo IX de la primera parte, el autor nos cuenta como fue el proceso de creación de la novela. Asegura que él, Cervantes, es en realidad un adaptador. La historia original estaba escrita en árabe por el cronista Cidi Hamete Berengeli y que él sólo recopiló los papeles y con la ayuda de un traductor los transcribe al castellano. Por supuesto no es más que un juego literario para dotar de realismo a la obra y también un juego irónico de distanciamiento.
La acción principal está formada por tres viajes o salidas que realiza Don Quijote. Las dos primeras se relatan en la primera parte, y la última, en la segunda.
El caballero manchego don Alonso Quijano, llamado por sus vecinos el Bueno, se vuelve loco por leer obsesivamente libros de caballerías. Tiene la idea de recorrer el mundo con el nombre de Don Quijote de la Mancha, imitando a caballeros literarios como Amadís de Gaula y otros caballeros andantes. Quiere proteger a los débiles, destruir el mal y merecer a su dama Dulcinea (que es una campesina, Aldonza Lorenzo, idealizada por él, y que nunca aparece en la novela). Con armas de otro tiempo, oxidadas y medio rotas (armadura, casco y lanza propios de los caballeros medievales) y un viejo caballo, Rocinante, sale por la Mancha en busca de aventuras.
Se hace armar caballero en una venta (pensión, llamaríamos hoy día a estos establecimientos) que imagina ser un castillo. El dueño de la venta, que reconoce la locura en Don Quijote, por seguirle el juego y burlarse de él le nombra caballero.
Su primera aventura fue la de liberar a un joven pastor a quien su amo está golpeando por perderle las ovejas (pero apenas se marcha Don Quijote, prosigue la paliza). Después se enfrenta a unos mercaderes a los que confunde con fantasmas. Estos lo golpean brutalmente; un conocido lo recoge y lo devuelve a su aldea. Así acaba la primera salida de Don Quijote.
Cuando se recupera convence a un simple labrador llamado Sancho Panza para que lo acompañe en sus aventuras; a cambio le promete que conseguirá ser un hombre rico y gobernar una Ínsula. El ingenuo campesino le cree y se convierte en su escudero. Salen los dos en busca de aventuras, pero éstas son solo acciones ridículas producto de la imaginación de Don Quijote; por ejemplo: lucha contra unos gigantes que sólo son molinos de viento; lucha contra unas ovejas a las que confunde con un ejercito; da libertad a unos criminales, que luego lo golpean, etc.
Dos vecinos amigos, el cura y el barbero salen en su busca y lo traen con engaños a su pueblo: le hacen creer que sufre el encantamiento de un mago enemigo.
En la segunda parte (1615), don Quijote sale otra vez acompañado de Sancho Panza. Pero hay un cambio fundamental con relación a la primera salida: se ha publicado la novela con sus aventuras y, por tanto, los personajes de esta segunda parte conocen la locura de Don Quijote.
Nada más iniciar sus andanzas, Don Quijote se enfrenta a un caballero que es en realidad su vecino Sansón Carrasco disfrazado. Se trataba todo de una estratagema para hacer que Don Quijote regrese a casa. ¿Cómo?, Sansón Carrasco haciéndose pasar por caballero andante lucharía contra don Quijote con la condición de que si vencía don Quijote debería regresar a su aldea y no volver a salir nunca más en busca de aventuras. Pero por una casualidad don Quijote lo derrota.
Continúan su viaje hacia tierras de Aragón, llegan a los dominios de unos Duques, que se burlan cruelmente de la locura del hidalgo y de la ambición de Sancho. Para reírse de ellos, por ejemplo, mandan a Sancho como gobernador de uno de sus estados; Sancho da pruebas de un excelente sentido común, pero cansado de las burlas que le hacen se vuelve a buscar a don Quijote. Tras una serie de aventuras, se dirigen a Barcelona, y allí es vencido por el caballero de la Blanca Luna, que es de nuevo su vecino Sansón Carrasco disfrazado. Esta vez la derrota obliga a don Quijote a volver a casa.
Don Quijote, física y moralmente hundido, vuelve a su casa y allí muere cristianamente después de haberse curado de su locura.
3. Génesis
Sobre el génesis de la obra hay diferentes teorías que se pueden resumir en aquellas que apuntan a una obra que nace inspirada por diversos libros de caballerías, de los que toma contenidos paródicos y burlescos, pasando por la tesis de Menéndez Pidal (muy aceptada) que apunta la obrita el Entremes de los romances como génesis de los primeros 5 capítulos de la obra.
Para Pidal, el Quijote nace inspirado por el romancero para dar un giro inmediato y fijar su atención en los libros de caballería y en especial el Amadis de Gaula que influirá en la conformación de la estructura del libro. Por otro lado, Menéndez Pidal rebatió la tesis del hispanista germano Heinrich Morf (1905) que apunta que esos primeros 5 capítulos constituyen una novela corta que luego fue continuada por Cervantes.
Una revisión hecha por Lázaro Carreter corrige al maestro Pidal. Según Lázaro, el carácter caballeresco está presente en el romancero de modo que para Cervantes no debió plantear ningún problema establecer una continuidad entre ambos. Por otro lado, apunta a que no hay nada de descabellado en la tesis de Morf pues Cervantes, viendo las posibilidades de la novela corta, pudo reescribir esos primeros capítulos añadiendo las insinuaciones a la continuidad de la historia cuando decidió escribir el resto de la novela.
4. Fuentes
De entre los modelos literarios, en primer lugar resalta la importancia del Amadis de Gaula, novela respetada por Cervantes y modelo del relato caballeresco (la división en 4 partes del Quijote de 1605 responde también a este modelo). Don Quijote, como Amadis, busca aventuras para enderezar entuertos y favorecer a su dama. Solo que como todos sabemos, y lo apunta el propio autor en el prólogo, lo que pretende es parodiar y acabar de una vez con todas con la popularidad de estos libros mentirosos.
Además del relato caballeresco, influye la novela pastoril, bajo el modelo de La Diana de Jorge de Montemayor, con personajes bucólicos disfrazados de pastores que sufren las penas del desamor está presente en las historias intercaladas de la primera parte de la obra.
Por último, y no menos importante, es la influencia de la novela picaresca, en especial del Guzmán de Alfarache. La obra, publicada en 1599, es la gran novela de éxito cuando aparece el Quijote de 1605. Y Cervantes lo toma como modelo para no imitarlo, para proponer otra solución a la creación del nuevo género novelesco. Las dos obras parten de concepciones totalmente opuestas:
- El Guzmán de Alfarache es una novela cerrada, en el sentido de que se sabe desde el principio como va a acabar el personaje; tiene aún una estructura muy medieval con numerosas digresiones filosóficas y obrillas intercaladas
- Por su parte, El Quijote representa la novela en libertad. Los personajes evolucionan y se crean a sí mismos y que termina por suprimir las obras intercaladas (esto se ve más claramente en la segunda parte)
La redacción del Quijote es un intento logrado por dar forma definitiva al género novelesco: personajes en libertad, historia unitaria, sin digresiones, en el que cobra inusual protagonismo la vida interior del personaje: sus miedos, dudas, sueños y emociones.
5. Estructura
La obra está dividida en dos partes:
- La de 1605 tiene el título completo de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha y consta de 52 capítulos.
- La de 1615 se titula El ingenioso caballero don Quijote de La Mancha y alcanza los 74 capítulos.
En el Quijote la estructura es circular. Don Quijote sale de su casa y regresa (cap 1-6), para de nuevo salir en busca de aventuras y regresar.
Este tipo de estructura tiene raíz clásica (La Odisea) y es la propia de los relatos de caballería (así inicia sus andanzas Don Quijote: «Prosiguió su camino, sin llevar otro que aquel que su caballo quería, creyendo que en aquello consistía la fuerza de las aventuras» [I, 2, 35] ); también es la estructura del Guzmán de Alfarache. En esto, como en otros aspectos, la novela de Mateo Alemán determinó bastantes aspectos compositivos del Quijote.
El Quijote de 1605 se organiza en torno a dos salidas: la primera del capítulo 1 al 6 y la segunda del 8 al 52. No hay un plan previo, sino una sucesión de aventuras del héroe con momentos de transición en que la acción se detiene y se intercalan novelas o historias que se cuentan entre sí los personajes (las dos estancias en la venta de la primera parte), o las aventuras se suceden en un especio cerrado como en la casa de los duques en la segunda parte.
La estructura del Quijote sería la siguiente:
El Quijote de 1605
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1ª Parte |
Cap. 1-5 |
Primera salida
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Cap. 6-7 |
Transición:
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Cap. 8 |
Segunda Salida
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2ª Parte |
Cap. 9- 14 |
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3ª parte |
Cap. 15- 27 |
Estancia en la venta
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4ª parte |
Cap. 28-52 |
Segunda estancia en la venta:
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En el de 1615 no hay división en partes.
El Quijote de 1615
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Cap. 1-6 |
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Cap. 7- 70 Tercera salida |
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Cap. 71-74 |
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El resumen el proceso constructivo de la obra sería tal que Cervantes en un principio pensó escribir una novela corta, hasta el capítulo 8. Luego quiso darle un desarrollo más amplio, introduciendo narraciones secundarias (historia de Marcela, de Cardenio y Dorotea, novela del curioso impertinente , etc.) y elementos digresivos.
En el Quijote de 1615 encuentra el camino definitivo al ofrecer un relato unitario sin digresiones alejadas del argumento general. Este cambio fue motivado por las críticas de los primeros lectores por la inclusión de relatos intercalados (de hecho el autor se vio “obligado” a disculparse en la segunda parte y a prescindir de ellos). En el capítulo 44 de la segunda parte explica el autor su intención de“no ingerir novelas sueltas ni pegadizas” La segunda parte es fruto de una proceso creativo más reflexivo, aunque en un momento determinado debe variar su plan inicial por consecuencia de la publicación del apócrifo Quijote de Avellaneda.
6. Narradores
En la novela no hay un punto de vista único sino que el punto de vista del narrador varia y evoluciona, hay personajes que narran parte de la historia e incluso en la segunda parte, conocemos lo que opinan los lectores de la primera, algo nuevo en la historia de la novela.
El principal narrador es el omnisciente. Es el que se ocupa de los primeros 7 capítulos del Quijote de 1605: que conoce todos los detalles de la historia y los pensamientos de los personajes. Pero dentro de la complejidad de la novela cervantina, este narrador también duda, ha olvidado cómo exactamente se llamaba Don Quijote (Quesada, Quijada, etc.)
En el capítulo VIII el narrador nos sorprende con una dato inesperado que introduce una nueva perspectiva en la novela: Él en realidad es solo el compilador de una historia real escrita por Cide (señor) Hamete Benengeli (berenjena), cronista moro. Con este procedimiento, Cervantes consigue varias cosas: distanciarse de la historia que le permitirán introducir, como narrador, numerosos comentarios, apuntes humorísticos y/o escépticos; por otro lado, sirve también para acentuar la parodia de los libros de caballerías (que en ocasiones también eran presentados como traducciones de crónicas); y por último aporta realismo y verosimilitud a la obra.
Como decíamos antes, en la segunda parte se abre una nueva perspectiva: la primera parte de la obra ha sido dada a la imprenta y es conocida por buena parte de los personajes de la segunda parte que se permiten discutir acerca de los descuidos e inexactitudes del cronista y conocen perfectamente las andanzas y comportamientos de D. Quijote y Sancho, lo que condicionará su comportamiento respecto a ellos. Se introduce el concepto de metanovela, que provocará un giro en la perpespectiva de la obra que avanza del idealismo de la primera parte a la desilusión del protagonista y una actitud más realista y, por tanto, frustrante en la segunda.
En resumen, en la novela hay hasta cuatro narradores diferentes:
- El narrador en tercera persona omnisciente de los primeros capítulos
- Cide Hamete Berengeli cronista moro creador del original en árabe.
- Cervantes que interviene en la novela como narrador-comentarista que le permite distanciarse de los hechos narrados
- Los personajes que en la segunda parte que conocen la historia y la comentan y condicionan.
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Este hombre era dios bendito