El vocativo y la aposición

1. El Vocativo

Suele ser solo una palabra o un pequeño grupo de palabras que tienen la función de llamar la atención del interlocutor. Sus características son:

 

  • Sirve para llamar la atención. Tiene la función apelativa
  • Siempre es un sintagma nominal
  • Siempre va separado por comas. En este sentido: si va al principio de la oración se pone una coma entre el vocativo y el resto; si va en medio se aisla entre comas y si va a final va precedido de una coma. Ejemplos:

Juan, ven aquí

Venga, Juan, no seas tan malo

¿Qué tal estás?, Juan

 

Sintácticamente, el vocativo desempeña esa función: la de vocativo, y no debemos confundirlo con el sujeto de la oración aunque a veces tengan el mismo referente.

Por ejemplo, en la oración: Juan, eres un caso.  Juan es vocativo y el sujeto de la oración es (pero vemos que ambos coinciden en la realidad).

 

2. La Aposición

La aposición es un nombre que hace de complemento de nombre de otro sustantivo. No, no es un lío. Veamos, si digo que Luisa, la vecina, me ha regalado una entrada para el teatro, el nombre (Luisa) lleva otro nombre (la vecina) como complemento: este es la aposición.

Recordemos que la aposición, como sustantivo, puede llevar su propio complemento de nombre. Ejemplo:

aposición

Hay dos tipos de aposiciones

Explicativas:

  • Dan una aclaración o una información compartida por el interlocutor
  • Van separadas por comas

 

Ejemplos:

Madrid, la capital de España, es una ciudad cosmopolita

Juan, mi primo, ha terminado la carrera

Me ha llamado mi prima, la que te caía tan mal

 

Especificativas:

  • Especifica el significado del nombre, lo diferencia del resto dentro de un grupo o clase
  • No va separado por comas

 

Ejemplos:

El rey Felipe V ha inaugurado la nueva estación de…

El monte Everest

Pedro el Cruel

 

En el caso de las aposiciones especificativas, también se consideran aposición las formadas por un sintagma preposicional introducido por la preposición DE. Nos referimos a expresiones como:

La ciudad de Madrid

El listo de mi primo

El seis de enero

 Si nos fijamos, en estas construcciones la preposición no aporta ningún significado sintáctico o semántico (posesión, pertenencia, etc.). Es como si dijéramos:

La ciudad (de) Madrid

El listo (de) mi primo

El seis (de) enero

Nada que ver con con sintagmas como El boli de Luis, donde de Luis es un complemento de nombre  y la preposición introduce el significado de poseedor: Luis. Si la quitáramos no daría sentido: El boli (de) Luis

 

 

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