Comentario de Los santos inocentes

Los santos inocentes, (1981) Miguel Delibes

 

La novela se estructura en seis partes llamadas libro y con un subtítulo:

LIBRO PRIMERO….AZARIAS.

LIBRO SEGUNDO….PACO, EL BAJO.

LIBRO TERCERO….LA MILANA.

LIBRO CUARTO……EL SECRETARIO.

LIBRO QUINTO…….EL ACCIDENTE.

LIBRO SEXTO……….EL CRIMEN.

Cada uno de estos libros tiene como protagonista o centro de la acción uno de los integrantes de la historia. Pero, en el conjunto, la obra guarda una unidad interna coherente.

Se narran algunos acontecimientos en el quehacer diario de la familia de Paco, el Bajo, formada por  su mujer Regula, La niña chica (de nombre Charo, su hija mayor que es subnormal profunda) su hijo Quirce  y su hija Nieves (la más joven de 14 años);  y en especial se centra la novela en su cuñado Azarías (también con una minusvalía psíquica), todos ellos viven y trabajan en  un cortijo representativo de  la España rural de los años 60.

 

1. PERSONAJES

  • Azarías. De 61  años (hermano de Régula)  que va vestido siempre con la misma ropa. Trabajaba en la finca la Jara pero su señor lo despidió por su falta de higiene, y es que tenía por costumbre orinarse las manos para que no se le agrietaran por el frío, según él decía. Es un retrasado mental que sin embargo es capaz de mostrar una afectividad especial con los animales, parece que pueda comunicarse son ellos. Cría y adiestra aves, a las que siempre llama Milana Bonita.

Azarías, desde su inocencia, producto de su retraso mental, es, en cambio, el único que se atreve a desafiar al señorito Iván hasta el punto de acabar con él por su falta de sentimientos. Es quizá el verdadero protagonista de la novela.

  • Paco el Bajo. El padre de familia, está totalmente sometido al señorito Iván. Acepta todas sus humillaciones sin protestar y ante él parece que deja de ser persona y se convierte en un perro. Y en cierto modo así es, puesto que termina haciendo el trabajo de perro de caza, lo cual, como hemos visto, le lleva a quedarse cojo por un accidente y por la falta de humanidad del dueño del cortijo.

Por otro lado, se podría pensar que Paco es un hombre inteligente que se adapta a las circunstancias para sobrevivir.

  • El señorito Iván: Se presenta como una persona dictadora pues es capaz de anteponer su afición por la caza a la salud de Paco, quien, por ello, queda cojo. No le importa la vida de sus empleados y dispone de ellos a su antojo. Ni siquiera puede ser noble con el capataz, pues llega a acostarse con su mujer en una ocasión incluso se fuga con ella. Pero el capataz es otro oprimido en la cadena de humillaciones: el señorito lo humilla y él ejerce su autoridad sobre los criados, pero todos en el fondo son víctimas de la injusticia social en que vivía el campo español de aquellos años.

Es el antagonista, el personaje en el que confluyen los rasgos negativos: el desprecio por la naturaleza, por los demás, etc.

  • Régula: la mujer de Paco. Representa el amor a los demás y su disposición a servir.

 

  • Quirce y Nieves: Son la contrafigura de su padre. No se someterán a las humillaciones de los señores con constantes tímidas muestras de rebeldía.
  • La Niña Chica: Sumida en una subnormalidad profunda, es la imagen de la degradación humana. Sin embargo, va a ser objeto de afecto por parte de Azarías, que le regalará con la expresión más dulce destinada a las milanas.
  • Don Pedro, el Périto es un hombre esclavo de los celos y de la impotencia. Representa la paradoja de quien se siente oprimido por el señor y, al mismo tiempo, se ve obligado a oprimir a los que están un escalón más abajo.
  • Doña Pura, la mujer de Pedro, el Périto, es ejemplo de frivolidad absoluta, de persona insatisfecha y caprichosa. Como vive insatisfecha, se convierte en amante del señorito Iván aunque con ello ponga en peligro su matrimonio.
  • La señorita Miriam es la figura que hace de contraste con su madre: es rica pero con alguna conciencia social.
  • La Marquesa representa el lado femenino de Iván, son muy parecidos.

2. Resumen del argumento

Libro primero:

La narración se centra en Azarías, como se ha dicho un individuo con cierto retraso mental,  que  trabaja para un “señorito” en el cortijo vecino. Limpia los coches, echa de comer los perros y  coge las presas cuando va de caza el señorito. Azarías tiene  sus costumbres peculiares, la principal: el orinarse las manos cada mañana para que no se le agrieten. También el ir siempre acompañado de su milana bonita, un búho Gran Duque adiestrado. El libro primero narra precisamente la muerte del búho que dejó muy triste a Azarías.

Libro segundo:

La familia de Paco se traslada a una casa para criados en la finca del señorito Ivan,  y abandonan la casa vieja en la “raya” es decir, el límite de la finca donde  han estado viviendo hasta ahora, un lugar aislado y alejado donde vivían en condiciones infrahumanas. Desde la nueva casa Paco espera que sus hijos puedan ir al colegio, pero el señorito tiene otros planes. Especialmente para Nieves, de 14 años, a la que mete de sirvienta en su casa. La niña es testigo de la manera hipócrita y superficial en que viven los señoritos.

Nieves quiere hacer la comunión y se lo pide a su padre pero este necesita pedir  permiso a los dueños. Don Pedro (el capataz) se ríe cruelmente de la ocurrencia de la niña, le parece inadmisible que unos pobres puedan pretender hacer la comunión. Este hecho es objeto de constante burla hacia Nieves dentro de la casa.

Libro tercero:

Azarías es despedido por su dueño, por la costumbre de mearse en las manos y por otras cosas sin sentido que hacía. Tiene que ir a vivir con Paco y su familia. Su hermana Régula (la mujer de Paco) le insiste para que se lave y se cambie de camisa por lo menos una vez a la semana, pero Azarías no lo hace, para él no tiene sentido lo que le dicen. Lo único que llama la atención  de Azarías es su nueva milana bonita,  un grajo que ha criado y adiestrado. Se cierra el libro con la milana respondiendo a la llamada de Azarías.

Libro cuarto:

Paco, además de su trabajo en la finca, es el “secretario” del señorito Iván, es decir, el que le ayuda a encontrar los pájaros cuando van de caza. En este oficio es el mejor: tiene un olfato más fino que un perro, nunca pierde una presa y sabe localizar donde pueden esconderse. En las cacerías, Iván no deja de presumir de las habilidades de su secretario. Lo que le preocupa al señorito es que Paco se va haciendo viejo y no va a tener sustituto porque su hijo no tiene  ni  la habilidad ni  el gusto por la caza de su padre.

En este libro también se toca el tema de la incultura popular y el nacionalismo estúpido con este ejemplo: al finalizar la cena de una de las cacerías, Iván trata de demostrar a su invitado francés que los pobres en España tienen más cultura que en Francia, para corroborarlo obliga a los trabajadores de la finca a escribir su nombre en una servilleta (no está exenta de patetismo y sátira esta muestra de “cultura” del pueblo llano).

Libro Quinto:

Paco se rompe la pierna y no podrá participar con el señorito en la gran cacería que se va a celebrar. Tratan de sustituirlo con Quirce, su hijo, pero este ni sabe hacerlo como su padre ni le es simpático a Iván. Finalmente, Paco, con la pierna rota tendrá que acompañarle, pero la herida aún no ha curado y como era previsible a Paco se le vuelve a romper la pierna que  le quedará deformada  para siempre.

Libro Sexto:

Finalmente, Paco no puede ir más de caza. Será Azarías el que  le sustituye como ayudante del señorito Iván. Pero como es un “inocente” se deja quitar las piezas cazadas por los ayudantes de otros cazadores, no recuerda donde han caído y cosas así. Sin embargo Iván tiene que resignarse con entrenar a Azarías para el trabajo. En una de estas salidas de entrenamiento, Iván no logra disparar a ningún ave, y cansado y  enfadado dispara a la milana bonita de Azarías a la que mata.

Azarías al día siguiente se vengará de la crueldad del señorito preparándole una trampa mortal en medio del monte.

 

3. ESTRUCTURA

La novela no tiene un argumento claro, es más bien la sucesión de acontecimientos en un momento de la vida de una humilde familia de trabajadores. El crimen final puede entenderse como el resultado de la situación de opresión en la que viven o también como el hecho que justifica el relato y le da fin.

 

4. Tema principal
El tema principal de la obra es la injusticia social. Marcar las desigualdades sociales y la diferencia de clases. A través de la familia Paco, el Bajo, vemos el desprecio y las humillaciones que sufren por parte de sus señores  los trabajadores del campo en aquella época; una situación de semi-esclavitud.

 

4.2. Otros temas secundarios son:

  • La educación en las zonas rurales. Paco y su mujer Régula se esfuerzan por darle una educación a sus hijos pues confían en que la educación los libere y les de una vida diferente a la que han tenido ellos. Hay varios momentos en la novela que se ocupan del tema: cuando paco enseña a leer a Nieves, la humillación que sufren los labradores cuando son obligados a firmar en una servilleta en el libro cuarto, etc.

Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, Nieves no consigue ir a la escuela, de niña no tuvo ocasión y cuando empieza a crecer la ponen de criada en la casa de los marqueses. Quirce es la última esperanza de recibir alguna formación.

  • La defensa de la naturaleza. La novela se desarrolla en un entorno rural. La naturaleza es la madre protectora de los humildes labradores: les da el sustento y el medio de vida. El contraste se produce con los personajes que vienen de la ciudad como el señorito Iván, que no respeta la naturaleza que solo quiere valerse de ella para sus caprichos como la caza.
  • La educación religiosa. Guía la conducta de los más humildes, pero en los años en los que se ambienta la novela algo empieza a cambiar. Coincide con el concilio Vaticano II en el que se probaron medidas para hacer una sociedad más justa desde la moralidad católica con una mayor sensibilidad por los más necesitados.
  • Los contenidos cercanos a lo irracional y  lo mágico. Se centran en Azarías, alguien con una importante deficiencia psíquica y que, sin embargo, es capaz de comunicarse con los animales de un modo casi mágico. Tiene un sentido especial para adiestrar pájaros, con lo que habla y que parecen entenderle.

 

5. Estilo

La novela está narrada en tercera persona. El narrador no es omnisciente sino más bien testigo, se muestra muy cercano a los hechos que narra, además de tomar partido en la obra por los más débiles… por los santos inocentes.

 

Es un libro difícil estilísticamente. El desarrollo del contenido sigue un orden cronológico, o si se quiere la historia se cuenta de una manera tradicional.  Pero la complejidad está en la disposición formal del texto. Lo más llamativo es que se trata de un discurso continuo sin las pausas de los puntos ortográficos, excepto  las existentes al final de cada uno de los capítulos. El autor, por razones de  tipo estilístico, evita el punto en toda la obra, poniendo solo cinco puntos en toda la novela. Se consigue así el efecto de una historia unida, donde todos los acontecimientos narrados pertenecen al mismo impulso y dependen unos de otros como relaciones causa-efecto. Estos rasgos relacionan estilísticamente a la novela con los de la  novela experimental.

 

En cuanto al léxico destaca la variedad de registros y en especial el empleo del léxico rural que hacen de la novela una obra, a veces, difícil de leer (y sobre todo de traducir). Algunos rasgos del léxico empleado son:

 

– Frases hechas: sacar las uñas, dicho y hecho, helar la sangre, ser un don nadie, calentar la sangre, etc.

– Onomástica: nombres poco usuales en la ciudad como Rogelio, Régula, Azarías y el apodo acompañando a los nombres menos raros Paco, el Bajo,

– Dentro del habla vulgar de la zona rural destacan el cambio de orden de los pronombres (no me se agrieten), la anteposición del artículo al nombre propio (la Régula),

– Vocabulario específico de la flora, la fauna, los accidentes del terreno, las tareas del campo.

 

6. Interpretación.

Debemos fiarnos de las palabras del propio autor a la hora de interpretar la novela. Decía Delibes en 1985:

“La situación de sumisión e injusticia que el libro plantea, propia de los años sesenta, y la  subsiguiente” rebelión del inocente han inducido a algunos a atribuir a la novela una motivación  política, cosa que no es cierta. No hay política en este libro. Sucede, simplemente, que este  problema de vasallaje y entrega resignada de los humildes subleva tanto –por no decir más- a una  conciencia cristiana como a un militante marxista. Afortunadamente, creo, estas reminiscencias  feudales van poco a poco quedando atrás en nuestra historia.”

 

Desde este planteamiento, la novela, aunque tiene apariencia de estar en la línea del realismo social, es más bien una novela realista a secas. Es decir, trata de mostrar un pedazo de historia representativa de miles y miles de campesinos que sufrían vejaciones e injusticias en el campo español de los años 60.

 

El autor, evidentemente, tomo partido por los indefensos, los pobres, los santos inocentes a los que hace alusión el título.

ANTOLOGÍA

Libro segundo Paco, el Bajo

(…) porque Paco, el Bajo, al decir del señorito Iván, tenía la nariz más fina que un pointer[1], que venteaba[1] de largo, y en efecto, no había transcurrido un cuarto de hora, cuando se presentó en la Raya, Crespo, el Guarda Mayor,

Paco, lía[1] el petate[1] que te vuelves al cortijo[1],

le dijo sin más preámbulos[1],

y Paco,

y ¿eso?,

que Crespo,

don Pedro, el Périto, lo ordenó, a mediodía bajará el Lucio, tú ya cumpliste,

y, con la fresca, Paco y la Régula, amontonaron los enseres[1] en el carromato[1] y emprendieron el regreso y en lo alto, acomodados entre los jergones[1] de borra[1], iban los muchachos y, en la trasera, la Régula con la Niña Chica, que no cesaba de gritar y se le caía la cabeza, ora de un lado, ora del otro, y sus flacas piernecitas inertes[1]asomaban bajo la bata, y Paco, el Bajo, montado en su yegua pía, les daba escolta[1], velando[1] orgullosamente la retaguardia[1], y le decía a la Régula elevando mucho el tono de voz para dominar el tantarantán[1] de las ruedas en los relejes[1], entre bramido[1] y bramido de la Niña Chica,

ahora la Nieves nos entrará en la escuela y Dios sabe dónde puede llegar con lo espabilada[1] que es,

y la Régula,

ae, ya veremos,

y; desde su altura majestuosa, añadía Paco, el Bajo,

los muchachos ya te tienen edad de trabajar, serán una ayuda para la casa,

y la Régula,

ae, ya veremos,

Libro quinto: El accidente

            Paco, has de cegar a todos los palomos, ¿oyes? con los dichosos capirotes[1] entra la luz y los animales no cumplen,

y así un día y otro hasta que una tarde, al cabo de semana y media de salir al campo, según descendía Paco, el Bajo, de una gigantesca encina, le falló la pierna dormida y cayó, despatarrado[1], como un fardo[1], dos metros delante del señorito Iván, y el señorito Iván, alarmado, pegó un respingo[1],

¡ serás maricón, a poco me aplastas!

pero Paco, se retorcía en el suelo, y el señorito Iván se aproximó a él y le sujetó la cabeza,

¿te lastimaste, Paco?

pero Paco, el Bajo, ni podía responder, que el golpe en el pecho le dejó como sin resuello[1] y, tan sólo, se señalaba la pierna derecha con insistencia,

¡Ah, bueno, si no es más que eso..!,

decía el señorito Iván, y trataba de ayudar a Paco, el Bajo, a ponerse de pie, pero Paco, el Bajo, cuando, al fin pudo articular palabra, dijo, recostado en el tronco de la encina,

la pierna esta no me tiene, señorito Iván está como tonta,

y el señorito Iván,

¿que no te tiene? ¡anda!, no me seas aprensivo[1], Paco, si la dejas enfriar va a ser peor,

mas Paco, el Bajo, intentó dar un paso y cayó,

no puedo, señorito, está mancada[1], yo mismo sentí cómo tronzaba[1] el hueso,

y el señorito Iván,

también es mariconada, coño y ¿quién va a amarrarme[1] el cimbel[1] ahora con la junta de torcaces[1] que hay en las Planas?

y Paco, el Bajo, desde el suelo, sintiéndose íntimamente culpable, sugirió para aplacarle[1],

tal vez el Quirce, mi muchacho, (…)

Libro sexto El crimen

            y el señorito Iván, malhumorado

¿qué es lo que quieres que atienda, zascandil[1]?

y el Azarías, babeaba y señalaba a lo alto, hacia los graznidos[1],dulcificados por la distancia, de los pájaros,

muchas milanas[1], ¿no las ve?

y; sin aguardar respuesta, elevó al cielo su rostro transfigurado[1] y gritó haciendo bocina con las manos,

¡quiá!

y, repentinamente, ante el asombro del señorito Iván, una grajeta se desgajó[1] del enorme bando y picó en vertical, sobre ellos, en vuelo tan vertiginoso[1] y tentador, que el señorito Iván, se armó, aculató[1] la escopeta y la tomó los puntos, de arriba abajo

como era lo procedente, y el Azarías al verlo, se le deformó la sonrisa, se le crispó[1] el rostro, el pánico asomó a sus ojos y voceó fuera de sí,

¡no tire, señorito, es la milana!

pero el señorito Iván notaba en la mejilla derecha la dura caricia de la culata[1], y notaba, aguijoneándole[1], la represión de la mañana y notaba, asimismo estimulándole, la dificultad del tiro de arriba abajo, en vertical y, aunque oyó claramente la voz implorante[1] del Azarías,

¡señorito, por sus muertos, no tire!

no pudo reportarse[1], cubrió al pájaro con el punto de mira[1], lo adelantó y oprimió el gatillo[1] y simultáneamente a la detonación[1], la grajilla dejó en el aire una estela[1] de plumas negras y azules, encogió las patas sobre si misma, dobló la cabeza, se hizo un gurruño[1], y se desplomó[1], dando volteretas[1], y, antes de llegar al suelo, ya corría el Azarías ladera abajo, los ojos desorbitados[1], regateando[1] entre las jaras[1] y la montera[1], la jaula de los palomos ciegos bamboleándose[1] ruidosamente en su costado[1], chillando,

(…)

bobalicona[1] sonrisa, pero todavía el señorito Iván, o las piernas del señorito Iván, experimentaron unas convulsiones[1] extrañas, unos espasmos electrizados, como si se arrancaran a bailar por su cuenta y su cuerpo penduleó[1] un rato en el vacío hasta que, al cabo, quedó inmóvil, la barbilla en lo alto del pecho, los ojos desorbitados, los brazos desmayados a lo largo del cuerpo, mientras Azarías, arriba, mascaba[1] salivilla y reía bobamente al cielo, a la nada,

milana bonita, milana bonita, repetía mecánicamente,

y, en ese instante, un apretado bando de zuritas batió el aire rasando[1]la copa de la encina en que se ocultaba.

 

DELIBES, M. Los santos inocentes

 

Textos tomados de Textos literarios para Maturita   II, de las SSBB en Eslovaquia

Gracias por compartir

1 comentario

    • Sara lopez el 4 marzo, 2017 a las 7:08
    • Responder

    Me ha ayudado mucho muy buena critica , sinceramente.
    Gracias

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