El teatro del siglo XVI

En el siglo XVI se produce la recuperación del teatro en por diferentes motivos:

  • Se enriquece la temática de las obras con la incorporación de temas mitológicos e  históricos
  • La llegada del Renacimiento y el Humanismo despiertan el interés por la literatura grecolatina y, en lo que nos toca, esto supone un despertar de la comedia latina
  • En los círculos universitarios, nace un teatro culto: comedia y tragedia latinas, que muchas veces se lee o recita, no se representa, pero que contribuye a la recuperación del gusto teatral (recordemos que en este ámbito aparece La Celestina)
  • Llega el teatro popular de influencia italiana que dejará su huella en nuevos géneros como las comedias, farsas, los pasos, entremeses y loas.

 

Toda esta renovación la podemos analizar en diferentes etapas:

A) En un primer momento, entre 1500 – 1530 se continúa con la representación de églogas que poco a poco derivan en otros géneros como la comedia y los autos sacramentales. Pero este periodo viene marcado por la irrupción de tres dramaturgos renovadores, Lucas Fernández, el portugués Gil Vicente y, sobre todo, el valenciano Torres Naharro que introduce las novedades del teatro italiano del momento. Si Garcilaso hizo lo propio con la poesía, a Tomas Naharro debemos el intento de popularizar la nueva comedia latina y la Comedia del arte italianas. Sin embargo, la nueva tradición que arranca en Naharro va a tener menos éxito que los cambio introducidos por Garcilaso en el género lírico. Habrá que esperar a Lope de Vega para que de forma definitiva a la nueva comedia española.

Lucas Fernández, autor a caballo entre los dos siglos, como Juan de la Encina su teatro se reparte en obras de  teatro religioso: Égloga de Navidad, El auto de la pasión, y otras,  y el teatro profano compuesto por églogas de carácter cómico que el autor tituló como farsas o quasicomedia. Destaca, entre otras, Farsa o quasicomedia de la doncella, el pastor y el caballero (1497)

 

Gil Vicente, escritor de origen portugués que alternó la lengua castellana y la portuguesa en sus composiciones (en algunas incluso las mezcla). Su producción abarca las obras religiosas, entre otras: Trilogía de las Barcas, Auto de la Sibila Casandra, y las obras de temas profanos: con farsas, comedias y tragicomedias. Destaca su obra Don Duardos. Características de su teatro:

      • Lirismo
      • Economía de acción
      • Adecuación del personaje a la intriga. Y relación psicológica de este con la acción
      • Creación de caracteres definidos

 

Bartolomé de Torres Naharro, vive y escribe sus obras en Italia. Es autor de un auto y 8 comedias entre 1497 y 1520. Su aportación es fundamental para la teoría del teatro pues fue el primer dramaturgo que se preocupó por la poética del género en su tiempo y por reconocerle un prestigio que se le discutía. Parte de los preceptos de Horacio para adaptarlos a la nueva sensibilidad humanista, es decir, trató de superar la imitación ciega a los preceptos grecolatinos del Renacimiento italiano para proponer un teatro más libre y adaptado al gusto popular.

Como vemos, fue uno de los primeros en teorizar sobre el teatro de su tiempo, ideas que aparecieron recogidas en el Prohemio (o prefacio) de una colección de sus obras (que recogió bajo el título de Popallatia). Su teoría define la comedia como “disputa de alegres acontecimiento”; sugiere limitar los personajes de 6 a 12; los personajes deben guiarse por la regla del decoro; división en 5 actos (que el llama jornadas); diferencia dos tipos de obras: a noticia (parten de un hecho de la realidad) y a fantasía  (parten de un hecho inventado); renueva el precepto clásico al proponer dos partes para la obra teatral (en lugar de 4), que serían: la introito y el argumento. Algunas de sus obras más reconocidas fueron:

      • A noticia: carácter realista. Soldadesca y Tinellaria.
      • A fantasía: más imaginativas, pero manteniendo la verosimilitud. Serafina e Himenea.

 

B) Mediados de siglo: Continuadores del teatro grecolatino y del teatro religioso y la irrupción del teatro popular de Lope de Rueda

  1. Entre los continuadores del teatro religioso de los autos, que ellos llaman farsas, destacan dos autores: Sánchez de Badajoz y López de Yanguas, autores de farsas, piezas de tema religioso de carácter cortesano que incluían episodios cómicos breves destinados a aliviar la monotonía de la acción principal

 

  1. Los continuadores del teatro popular que siguen el camino de la comedia dellárte donde destaca la importancia de Juan de Timoneda y especialmente la de Lope de Rueda.

 

Lope de Rueda, es el continuador de una tradición de comedia popular que iniciaron Torres Naharro y Gil Vicente. Escribió 3 églogas, 3 comedias y 10 pasos que son lo más recordado de su producción. El paso es una pieza breve, cómica inicialmente incluida en las comedias y de las que luego se separa, por no tener relación con la trama principal. Son el precededente del entremés del teatro barroco. 

Fue además actor y crea la, posiblemente, primera compañía de actores profesionales: que representan sus funciones en un teatro ambulante, rudimentario pero efectivo.  La principal aportación de Lope de Rueda es la de adaptar la comedia italiana al gusto del público, introducir la prosa en sus pasos y adecuar la acción dramática al lenguaje de los personajes.

 

C) Desde mediados de siglo y especialmente desde 1580 aparecen autores que pretenden consolidar un teatro “serio”, descendiente del teatro grecolatino. Se les conoce como la generación de los trágicos, autores que intentaron adecuar y popularizar la tragedia clásica en el teatro español. Por desgracia fracasaron en su intento y sus protagonistas más que héroes trágicos parecen infelices perseguidos por la fatalidad, y la lección moral prevalece sobre la lección trágica. Los autores destacados de esta corriente fueron:

  • Fernán Pérez de Oliva (La venganza de Agamenón)
  • Cristobal de Virués, destaca su obra La gran Semíramis, que inspiraría años mas tarde la Hija del aire de Calderón.
  • Luprecio Leonardo de Argensola
  • Juan de la Cueva. Para Bataillón se trata de un autor sobrevalorado. En 1588 se publica la colección de sus obras que constaba de 10 comedias y 4 tragedias. Su principal aportación fue la de incorporar en sus tragedias La muerte del rey don Sancho o Los siete infantes del Lara el tema de la historia de España que después incorporaría con éxito Lope de Vega como habitual en sus obras.
  • Miguel de Cervantes. Según testimonios del propio autor escribió más de 20 comedias entre 1583 y 1587, sea como fuere, solo conservamos El trato de Argel y La destrucción de Numancia. Ésta última es, según Ruiz Ramón, la mejor tragedia española del siglo XVI. Las aportaciones más novedosas de la obra son las de saber representar pasiones humanas aptas para todas las épocas: el sufrimiento, el heroísmo, el hambre, dolor, etc.; la reducción de los actos o jornadas de 5 a 3; y la incorporación de personajes alegóricos (como España o el río Duero) que no intervienen directamente en la acción sino que le dan otra trascendencia.

Sin embargo, como el resto de autores trágicos de finales del XVI, su obra no tuvo el favor del público que se había inclinado definitivamente por la nueva comedia de Lope de Vega. El autor continuó escribiendo teatro y aunque se mostró crítico al modelo impuesto por Lope, terminó por aceptar algunas de sus características en sus siguientes obras que nunca fueron representadas y que se publicaron en un volumen llamado: Ocho comedias y ocho entremeses nunca representados (1613)

 

Gracias por compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.