Las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer son una colección de setenta y seis poesías, publicadas de manera póstuma por los amigos del poeta en 1871 con el título inicial de El libro de los gorriones.
1. Temas de las Rimas
Los temas de sus Rimas se pueden dividir en cuatro series. El autor no había planeado inicialmente este orden para su obra. Fueron los amigos que reunieron los poemas para su publicación quienes eligieron el orden que se sigue manteniendo hoy en día. Tomadas todas ellas como si fueran parte de un único poema, las rimas se organizan desde la reflexión sobre el amor y la creación poética; para pasar a la siguiente serie con los momentos del amor esperanzado y feliz. La evolución del proceso amoroso conduce en las dos siguientes series al fracaso del amor (serie tercera) y por último la soledad y la muerte (serie final).
Todas las rimas nacen del intimismo y el recuerdo personal de Bécquer que, como buen lírico, busca en su interior, en sus experiencias, anhelos y deseos la inspiración para su poesía.
1ª). La creación poética: (Rimas I- XI): el autor reflexiona sobre el misterio de la creación y la inspiración. Para Bécquer la poesía era un elemento natural más; algo que está en todas partes (una rosa, una amanecer, una sonrisa femenina…) solo se necesita de la intuición del poeta para descubrirla y pasarla al papel. Por eso en una de las más conocidas poesías de esta serie dice Bécquer “podrá no haber poetas/ pero siempre habrá poesía”. Porque la poesía está ahí: fuera y dentro de uno mismo, en los elementos bellos del mundo, en el amor… y solo hace falta tener la sensibilidad necesaria para descrubrirla.
Casi siempre cuando habla de poesía lo hace también de belleza, de la mujer y del amor. Es decir, amor-poesía-belleza-mujer son para el poeta una misma cosa. Y la capacidad de descubrir y expresar esta relación es un privilegio que el genio creador otorga al poeta.
2ª. Amor esperanzado y feliz: (Rimas XII- XXIX): describe en estos poemas las experiencias y emociones dulces del amor correspondido y feliz. Son por lo general poemas breves, que se nacen del recuerdo y trasmiten sentidas emociones de una manera que alcanza la complicidad del lector.
3ª. Amor fracasado. Desengaño amoroso. (Rimas XXX- LI): Los poemas del amor imposible; de la relación rota y sin solución. Con frecuencia el poema representa el enfrentamiento entre el poeta, “YO” en el poema, y la amada, el “TÚ”. Una lucha entre TÚ y YO en la que nadie gana, ambos pierden, quizá porque ese era su destino, quizá porque es un amor puramente romántico, por tanto, imposible.
4ª. Soledad y muerte: (Rimas LII- LXXIX): Los poemas giran en torno del miedo a la soledad y a la cercanía de la muerte. Son composiciones más profundas en las que el poeta observa en ocasiones la llegada de la muerte con resignación, y otras veces con una postura de amarga protesta.
3. Características formales
- Influencias. Sus modelos son la lírica romántica alemana (Heine) y la lírica popular andaluza.
- Contenidos. Intimismo: su poesía nace del recuerdo y evocación del sentimiento personal
- Estilo. Busca la perfección formal a través de la sencillez. En la construcción de la mayor parte de las rimas utiliza tres recursos recurrentes: los paralelismos sintácticos y/o semánticos (y otros recursos análogos como anáforas, estructuras bimembres, etc.); la antítesis y el contraste; y por último el hipérbaton.
Con estos recursos básicos, como decimos, construye el autor la mayor parte de los poemas del libro. Además de formar parte de su técnica compositiva, su elección está justificada desde el punto de vista del ritmo del poema y la expresión de los sentimientos que se intensifican por medio de las repeticiones y los paralelismos (Mientras las ondas de la luz al beso/ palpiten encendidas; / mientras el sol las desgarradas nubes/ de fuego y oro vista.) Muchos poemas están además compuestos como si fueran un acertijo o un misterio con la solución al final, lo que justifica el empleo del hipérbaton (véase la primera estrofa del poema VII).
Además de hay un abundante uso de interrogaciones, exclamaciones, puntos suspensivos (rasgos típicos de la poesía romántica) y de adjetivos –epítetos. Por último destacar el empleo de comparaciones y metáforas sencillas, referidas al mundo de la naturaleza y lo sensorial
La métrica es variada: versos de 10, 11 y 12 sílabas que se combinan con otros de 6, 7 y 8. Aunque también hay estrofas tradicionales como el romance o la lira, el autor tiene especial predilección por la combinación de versos más largos con otros de menor extensión (formando estrofas de pie quebrado); especialmente se repite la combinación de versos de 11 con 7 sílabas.
Conclusión: La obra de Bécquer es fundamental y supuso en España el inicio de la poesía moderna. Anticipó el simbolismo e influyó de manera decisiva en Juan Ramón Jiménez, el modernismo y los poetas hispanoamericanos y españoles (modernistas y Generación del 27) de principios del siglo XX.
ACTIVIDADES
ANTOLOGÍA:
IV
No digáis que, agotado su tesoro,
De asuntos falta, enmudeció la lira[1];
podrá no haber poetas, pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo[2] lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
…
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
VII
Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en sus ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro[3], espera
que le diga: “Levántate y anda”!
XXI
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.
XXII
¿Cómo vive esa rosa que has prendido
junto a tu corazón?
Nunca hasta ahora contemplé en el mundo
junto al volcán la flor.
XXIII
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso…, ¡yo no sé
qué te diera por un beso!
XXX
Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró[4].
Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: “¿Por qué callé aquel día?”
Y ella dirá: “¿Por qué no lloré yo?”
XXXVIII
¡Los suspiros son aire y van al aire!
¡Las lágrimas son agua y van al mar!
Dime, mujer: cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
XXXVIII
¡Los suspiros son aire y van al aire!
¡Las lágrimas son agua y van al mar!
Dime, mujer: cuando el amor se olvida,
¿sabes tú adónde va?
XLI
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme[5]!…
¡No pudo ser!
Tú eras el océano y yo la enhiesta[6]
roca que firme aguarda su vaivén[7]:
¡tenías que romperte o que arrancarme!…
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo[8]: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque…
¡No pudo ser!
LXVI
¿De dónde vengo?… el más horrible y áspero
de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura,
los despojos de un alma hecha jirones[9]
en las zarzas[10] agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.
¿A dónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos[11] cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas[12].
En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
estará mi tumba