Pedro Salinas

Autores de la Generación del 27:

Pedro Salinas (1891-1951)

Nació en Madrid. Cursó las carreras de Filosofía y Letras y Derecho. Fue catedrático de literatura española en la universidad de Sevilla y lector de español en universidades tan prestigiosas como la Sorbona de París o Cambridge. Además de su actividad académica y poética, fue un importante animador del ambiente cultural: influyó en la formación de nuevos poetas y tradujo parte de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, por ejemplo, y como crítico tiene importantes obras como La poesía de Rubén Darío (1948) o Jorge Manrique o tradición y originalidad (1947)

 

Después de la guerra civil se exilió a EE.UU., donde siguió trabajando con éxito en la universidad. Murió en Boston en 1951.

 

Obra

Salinas es, de manera destacada, el poeta del amor dentro del grupo. Se le ha caracterizado habitualmente como el creador de una poesía fría e intelectual. Lo cierto es que Salinas parte de la base de la realidad (de las experiencias, de las emociones y sentimientos) para alcanzar la abstracción, que aleja al poema de su referente real.

 

En la obra de Salinas podemos apreciar tres etapas:

  • En sus primeras obras Presagios (1924), Seguro azar (1929) y Fábula y signo (1931) muestra una influencia de la poesía pura y las vanguardias, en especial el ultraísmo y el futurismo (buenos ejemplos de esto son poemas como 35 bujías poema de amor a una bombilla  o Underwood Girls, a las teclas de una máquina de escribir).
  • En una segunda etapa llegarían las obras más importantes de su producción antes de la Guerra Civil son La voz a ti debida (1933) y Razón de amor (1936). Son libros con el amor como tema central de la mayoría de las composiciones. Pero en donde la amada no sólo es la persona a la que va dirigida el poema sino la inspiradora, la que da vida a las cosas, al poema mismo, la única que tiene sentido el mundo. Eso sí, como veremos, se trata de una mujer presentada casi como una abstracción de mujer ideal, no tiene un referente real concreto. En La voz a ti debida, el proceso de abstracción a que son sometidos los amantes les deja reducidos a los pronombres “tú” y “yo” sin más rasgos físicos reconocibles. Razón de  Amor tiene un tono más triste, melancólico, de pérdida, sin abandonar el ideal de abstracción.
  • La tercera etapa abarca su poesía después de la Guerra Civil. Escribe tres nuevos libros y, como les sucedió a sus compañeros de generación, su voz poética se fija más en el entorno, en la relación con el mundo y se aleja de la poesía pura y la abstracción de la vanguardia. Los libros son El contemplado (1946), Todo más claro (1949) y Confianza (1955)

 

Además de cómo poeta tiene una interesante obra dramática. También influenciada por la vanguardia, de la que podríamos destacar su pieza de un acto Los santos

A modo de conclusión: En los abundantes poemas de amor de Salinas aparece siempre como referente “la amada” que no es una mujer concreta, sino, como decimos, su modelo de inspiración.

 

 

 Breve antología

35 Bujías[1]

Sí, cuando quiera yo
la soltaré. Está presa
aquí arriba, invisible.
Yo la veo en su claro
-castillo de cristal, y la vigilan
-cien mil lanzas – los rayos
-cien mil rayos- del sol. Pero de noche,
cerradas las ventanas
para que no la vean
-guiñadoras espías – las estrellas,
la soltaré (Apretar un botón.).
Caerá toda de arriba
a besarme, a envolverme
de bendición, de claro, de amor, pura.
En el cuarto ella y yo no más, amantes
eternos, ella mi iluminadora
musa dócil en contra
de secretos en masa de la noche
-afuera-
descifraremos formas leves, signos,
perseguidos en mares de blancura
por mí, por ella, artificial princesa,
amada eléctrica.

…***…

Para vivir no quiero

islas, palacios, torres:

¡Qué alegría más alta:

vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,

las señas, los retratos;

yo no te quiero así,

disfrazada de otra,

hija siempre de algo.

Te quiero pura, libre,

irreductible: tú.

Sé que cuando te llame

entre todas las gentes

del mundo,

sólo tú serás tú.

Y cuando me preguntes

quién es el que te llama,

el que te quiere suya,

enterraré los nombres,

los rótulos[2], la historia.

Iré rompiendo todo

lo que encima me echaron

desde antes de nacer.

Y vuelto ya al anónimo

eterno del desnudo,

de la piedra, del mundo,

te diré:

Yo te quiero, soy yo.

 

 

SALINAS, P.: La voz a ti debida  en Poemas escogidos (ed. De Francisco Javier Díez de Revenga). Madrid, Espasa Calpe, 2002.

 

[1]     bujía: vela de cera blanca.

[2]     Rótulo: Letrero.

 

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