1. Introducción Histórica.
El siglo XIX se inicia marcado por las consecuencias de la Revolución Francesa. Supuso el comienzo de la Edad Moderna donde se defienden valores como la libertad y el progreso frenta al conservadurismo y el absolutismo de épocas anteriores. Pero al mismo tiempo La Revolución dejó consecuencias negativas como fueron el extremismo político en defensa de los valores revolucionarios (las encarcelaciones, la guillotina…) y también a Napoleón Bonaparte que trató de someter a Europa a comienzos de siglo.
Paradójicamente, las acciones de Napoleón también tuvieron efectos positivos como fue el nacimiento del sentimiento nacionalista de los pueblos, y así se explica, por ejemplo, la realizción de Italia o Alemania como naciones.
A partir de mediados de siglo, se produjo la primera gran revolución industrial, y se generalizaron, en los diferentes países, fenómenos como: el gobierno formando por un parlamento elegido por los ciudadano, la burguesía como nueva clase social dominante y la irrupción del proletariado. Por último, los avances científicos y médicos lograron acabar con las plagas y epidemias que habían asolado Europa en los siglos anteriores, factor éste que fue esencial para entender el crecimiento demográfico y económico.
1. 2. El siglo XIX en España
Contexto político-social
España también sufrió la invasión napoleónica con graves consecuencias. Hubo una guerra de independencia que duró desde 1808 hasta 1814. Una vez expulsado Napoleón, se intentó crear la monarquía parlamentaria, pero el nuevo rey (Fernando VII) restauró el absolutismo, que tuvo fatales consecuencias para la cultura, ya que se impuso una estricta censura que provocó el exilio de los escritores de ideología liberal (todos los románticos) lo que retrasó la manifestación del romanticismo en las letras españolas. Cuando muere Fernando VII (1833) se implanta en España la monarquía liberal, con división de poderes entre el rey y el parlamento.
El resto del siglo estuvo marcado por los enfrentamientos entre los grupos políticos conservadores (que se resisten al cambio y buscan una limitación de las libertades y de la democracia a la vez que defienden a los estamentos privilegiados: iglesia y nobleza) y los progresistas, que apuestan por el cambio político y social, con el apoyo de la burguesía y las clases populares urbanas.
Por tanto, es un siglo marcado por la transición política entre el antiguo régimen y el nuevo régimen liberal.
Contexto socio-económico
El orden estamental tradicional sufre una profunda transformación y además se invierte. En este siglo se produce el triunfo definitivo de la burguesía como clase social dominante que vino acompañado del cambio de modelo político, como hemos dicho: del absolutismo se pasó al liberalismo parlamentario.
Se produjo un importante desarrollo de la industria, las comunicaciones (ferrocarril) y el comercio. La “Industrialización” que en España no llegó a realizarse al nivel de los países desarrollados de Europa, provocó el importante éxodo de la población del campo a las zonas industriales urbanas. Éste exceso de población trabajadora de la fábrica constituye una nueva clase social: el proletariado que a finales de siglo (agitados por las ideas socialistas del Marxismo) reivindicó mejoras en sus condiciones de vida y laborales.
Fue un siglo, en su primera mitad, también marcado por las plagas y la alta mortalidad causadas por el cólera y la tuberculósis, que se consiguieron erradicar hacia 1850.
Contexto cultural
En la educación se produce una nueva organización de la enseñanza elemental (a partir de 1835) que impone la escolaridad obligatoria entre los seis y nueve años. Desde 1957 se crean las primeras escuelas mixtas (chicos y chicas, aunque la escolarización de estas últimas es muy pequeña).
A pesar de todo, durante este siglo la población española sufre un grave atraso cultural. A finales de siglo más del 70% de la población es analfabeta. Y, por ejemplo, hacia 1890 solo 15 mujeres estudiaban en las universidades .
Sin embargo, aumenta progresivamente durante todo el siglo la afición por la lectura. Aunque la población en su mayoría es analfabeta, se generalizan prácticas como la lectura colectiva en tertulias, cafés y reuniones familiares. Este incremento de la afición lectora tuvo varias consecuencias:
– La aparición de numerosos periódicos, revistas, etc.
– Se generaliza la publicación “por entregas” de las novelas; es decir, una novela se vendía por capítulos en publicaciones semanales o quincenales.
Gracias a todo ello en el s. XIX por primera vez los narradores se pueden profesionalizar y vivir sólo de lo que escriben (hasta el siglo XIX los dramaturgos fueron los únicos escritores que realmente pudieron vivir de su oficio).
2. El Romanticismo
Es un movimiento cultural que nació en Inglaterra y Alemania a finales del siglo XVIII y se desarrolló a principios del s. XIX. Se extendió por Francia y otros países llegando a España en época muy tardía, hacia 1835 (practicamente cuando terminaba en el resto de Europa). El Romanticismo es un movimiento renovador que, frente al anterior Neoclasicismo, proclama el derecho de la fantasía, la imaginación, la irracionalidad y la libertad como principios de la creación artística.
Las bases ideológicas del Romanticismo son la filosofía Idealista de autores como Hegel o Fietche; asi como la nueva ideología liberal. A España el romanticismo llegó en época tardía, por las circunstancias internas de censura. Solo pudo desarrolarse al finalizar el absolutismo en 1833, cuando regresaron del exilio los escritores liberales que son los que introducen el movimiento en el país.
En España la literatura romántica se puede clasificar en 3 etapas:
- 1810-1833. Transición del Neoclasicismo al Romanticismo, con escritores formados en el Racionalismo del siglo XVIII, pero que adoptan las nuevas ideas: Martínez de la Rosa y el Duque de Rivas, entre otros.
- 1833- 1845. Etapa Romántica, con José de Espronceda, Mariano José de Larra, José Zorrilla, etc.
- 1850- 1870. Romanticismo tardío, al que pertenecen Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. Crearon su obra cuando ya dominaba la estética realista.
2.1. Características del Romanticismo.
Cuando hablamos de romanticismo, inevitablemente se nos viene a la cabeza la imagen del escritor romántico: un ser raro, muy sentimental, que vive sin hacer caso a las reglas sociales, ni a la moral. Rebeldía que se ve incluso en su forma de vestir: extragante pero elegante.
A) El subjetivismo y el individualismo
Para el escritor romántico lo importante es lo individual, el “YO” creador, por eso:
- Se expresan de modo exaltado los sentimientos humanos: las pasiones, los miedos, el amor, el dolor, los sueños… El interés de la literatrura no va a estar en los temas sociales (como en el Neoclasicismo) sino en las emociones y sentimientos individuales.
- Nace la figura literaria del “héroe romántico” que aparece como el protagonista de las obras de teatro, novelas y muchos poemas: es un ser desgraciado, individualista, que no espera ayuda de nadie y que va por el mundo sin esperanza, y sufriendo un destino fatal. Es guapo, joven, valiente, apasionado y al mismo tiempo fracasado e incomprendido. Ejemplos de héroes románticos son, por ejemplo, Don Juan o Ivan Hoe
El auténtico escritor romántico también vivió como sus héroes. Hay bastantes casos famosos al respecto, podemos recordar a Lord Byron, poeta inglés que protagonizó muchos escándalos en su país, incluido el incesto, hasta que fue desterrado y murio muy jóven luchando en Grecia por la independencia de ese país; o en España el caso de Mariano J. Larra que deprimido al ser abandonado por su amada se suicidó cuando tenía sólo 28 años.
B) La libertad y el sentimiento de rebeldía
El Románticismo es la defensa de la libertad en la vida y en la literatura: muestra su desprecio por las normas, la moral, las convenciones sociales y el materialismo económico que caracteriza a la burguesía: por eso en las obras románticas abundan personajes márginales con los que el autor se siente identificado: mendigos, bandidos, ladrones, piratas, etc.. y cualquier individuo que viva al margen de la sociedad. En este sentido tienen especial fascinación por el Demonio porque es el marginado, el angel caído que no se ha integrado en las normas del cielo, como el romántico tampoco en las normas de la sociedad.
En literatura, el Romanticismo rompe con las reglas. Muestra un total rechazo al anterior Neoclasicismo, y defiende que en la obra de arte no puede haber reglas establecidas. Por ejemplo, se mezclan géneros, se mezcla la prosa con el verso, en teatro se rompió con la regla de las tres unidades, etc…
Relacionado con la defensa de la libertad está la exaltación romántica del sentimiento nacionalista. Nace nuevo gusto por las costumbres populares y la defensa de los valores singulares de las regiones. Esto parece que podría estar en contradicción con el punto siguiente relativo a la evasión en el espacio y el tiempo. Sin embargo, ambas situaciones se integran con naturalidad dentro del Romanticismo. Precisamente de este gusto por lo popular nació la novela de costumbres que fue tan populular en el romanticismo español como la de aventuras y misterio.
C) La Evasión
Como la realidad no le gusta, el romántico huye de la realidad y escapa hacia otros mundos creados por la imaginación del artista. Tanto en el espacio (preferencia por lugares abiertos como plazas públicas, misteriosos como cementerios, castillos, ruinas…) como evasión en el tiempo: suelen ambientar sus obras en el pasado, y especialmente la Edad Media (recuérdense las novelas de ambientación medieval de Walter Scott por ejemplo)
D) La naturaleza: atracción por lo nocturno y misterioso.
Más que una decoración o un ambiente, la naturaleza se convierte en una manera de expresar los sentimientos. El escritor no se limita a describir o idealizar la naturaleza como en épocas anteriores, sino que el romántico identifica sus emociones con la naturaleza que le rodea.
Y como en su interior el escritor se siente incomprendido, perseguido por un destino fatal, vive en estado melancólico y desesperanzado… el ambiente común de las obras romanticas está formado por lugares misteriosos, oscuros y tétricos, como por ejemplo cementerios, ruinas, etc.
E) El misterio de la vida
Los románticos buscan descifrar el misterio de la vida, tienen un ansia de descubrir lo inexplicable, lo que solo Dios conoce. Nace la idea del “yo creador”, del artísta como genio tocado por una inspiración que no esta al alcance del resto de los mortales.
Por eso el romántico siente que Dios le ha castigado por su deseo de conocer, y le ha condenado a vivir con un destino fatal, un destino del que no puede escapar y le conduce a la muerte.
3. Temas del Romanticismo
A) EL Amor: Es el gran tema del Romanticismo: un amor fuerte, irracional y puro. Cuando se siente el amor no se puede escapar de este sentimiento aunque puede llevarte a la destrucción. Es lo único que da sentido a la vida, pero no logra salvar al héroe romántico de la desgracia de vivir. El amor para los románticos es siempre desgraciado.
Y sólo existe en el deseo, una vez satisfecho éste, el amor pierde todo su interés y no puede salvar al hombre de su fatídico destino. Es decir, solo existe como impulso, como “enamoramiento”, pero si se consuma por medio del trato sexual o el matrimonio se convierte en un sentimiento impuro y corrupto como la sociedad.
Se produce algo paradójico: por un lado el amor es lo único que da sentido a la vida pero al mismo tiempo el héroe romántico sabe que no lo puede conseguir y, por tanto, la vida para él no tiene sentido.
B) La Muerte
La muerte y su peculiar escenografía (cementerios, cipreses, tumbas, …) era un sentimiento familiar para el hombre romántico, que la consideraba, muchas veces, como una liberación de la vida, como la única salida al desengaño y al pesimismo de su existencia. El romántico no encuentra sitio en este mundo, es un incomprendido por eso la muerte es su liberación y su salida.
C) EL Destino
El héroe romántico se siente perseguido por un destino fatal y escrito de antemano del que no puede escapar y va por el mundo sin esperanza pero sin con una causa: la de demostrar su total rebledía al mundo que le rodea (veasé Don Alvaro o la fuerza del sino | sino = destino)
4. Rasgos formales
- Libertad creadora: Esto significa que la literatura romántica no va a seguir ninguna norma estética. Todo se puede hacer en literatura: mezclar lo trágico con lo cómico, la prosa con la poesía, lo bello y lo feo, etc… ¡no hay reglas! El romanticismo es una ruptura con la tradición clásica de la literatura que sigue ciertas normas.
- Abundan los recursos retóricos, especialmente los recursos más llamativos y exaltados. Por ejemplo, muchas exclamaciones, expresiones de asombro, onomatopeyas… como ¡ah! ¡oh!, etc.
- Renovación del lenguaje, con la incorporación de nuevos términos (neologismos), prestamos de otras lenguas, recuperación de palabras olvidadas. Sobre todo destaca el hecho de que cualquier palabra puede ser literaria sea o no considerada bella por la tradicón. Hay muchas palabras que expresan el sentimiento romántico: oscuro, lúgubre, tormentoso, tétrico, misterioso, fatídico, etc..
5. Principales Generos de la literatura romántica
La novela es el género romántico por excelencia, porque en la novela se pueden mezclar todos los contenidos y experiementar con el lenguaje al gusto romántico. En España, en cambio, la novela tuvo pocos seguidores y se desarrolló más la poesía o el teatro.
5.1. La narrativa . Como decimos la producción nacional es escasa, sin embargo circularon muchísimas traducciones de los grandes autores extranjeros como Dumas, Chateaubriand o Walter Scott. En España sólo se escribió novela histórica y costumbrista, y fuera de la ficción cabría destacar el artículo de costumbres.
a) La novela histórica es la novela romántica característica y está en relación con el gusto romántico por la evasión de la realidad a otras épocas, concretamente hacia la Edad Media (etapa misteriosa y poco conocida). Casi todas las novelas del género que se escribieron en España lo fueron a imitación de Walter Scott (del que se habían traducido más de 80 obras antes de 1850). Algunos ejemplos españoles importantes son:
– El señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carasco (* la obra más importante)
– El doncel don Enrique el doliente, de Mariano José de Larra.
– Sancho Saldaña, de José Espronceda.
– Amaya, Francisco Navarro Villoslada
Relacionada con la novela histórica está el género de la leyenda en prosa: narraciones breves en las que destaca la presencia de fantasmas, personajes misteriosos y hechos sobrenaturales. Destacaron Gustavo Adolfo Bécquer y José Zorrilla.
b) La novela costumbrista tuvo más peso en España que la novela histórica. El costumbrismo es consecuencia del gusto por lo popular y folclórico. Aparecen tipos o personajes populares esteriotipados (el torero, el alcalde, el rico, el chulo, etc.) y se basa en la descripción de situaciónes pintorescas, folclóricas o llamativas dentro de aquella época y su modo de vida.
Los autores más destacados fueron Mesonero Romanos con sus obras Panorama Matritense y Escenas Matritenses (libros que recopilan sus cuadros de costumbres) y Serafín Estebanes Calderón, malagueño que recopiló sus cuadros de costumbres en Escenas andaluzas
Se suele afirmar que el costumbrimo fue el antecedente literario del realismo. Para algunos críticos esto es un hecho, mientras que otros consideran que el costumbrismo precisamente ralentizó el surgimiento del Realismo. El caso es que Benito Pérez Galdós, el mejor autor realista español, tenía como uno de sus maestros literarios a Mesonero Romanos.
C) El artículo de costumbres o cuadro de costumbres es una narración de breve extensión que normalmente se publicaba en prensa. Solía tener un trasfondo crítico y/o satírico, se puede decir que, salvando las distancias, es el precedente del artículo de opinión actual.
Su temática es variada aunque preferentemente abarca temas de actualidad política o social.
Mariano José de Larra (Madrid 1809- 1837)
Vivió un tiempo en Burdeos pues su padre había sido un exiliado liberal, pero pronto se instaló en Madrid para dedicarse a la literatura. Escribió poesía, incluso una novela, pero donde destacó fue en el artículo periodístico. Con veinte años ya era uno de los artículistas mas prestigiosos. Murió muy joven, cuando estaba en la cima de su carrera, al pegarse un disparo en la cabeza después de padecer un desengaño amoroso. Fue el único autor romántico español que vivió y murió como un auténtico romántico.
Sus artículos, perfectos ejemplos del género, se pueden clasificar en: artículos de crítica literaria (el autor analiza y da su opinión sobre un libro u obra de teatro) y artículos políticos y de costumbres. Larra analiza y opina acerca del comportamiento de sus contemporáneos.
Los artículos tienen casi siempre la misma estructura:
1º Introduce el tema de que se va a tratar dando la opinión al respecto> 2º el autor ejemplifica el tema con la narración de una historieta o experiencia personal> 3º la conclusión final.
Inolvidables son artículos como, Casarse mal y pronto, Vuelva usted mañana o El castellano viejo.
5. 2. La poesía.
La poesía es el género más destacado del romanticismo español, en el que mejor pudo el autor romantico expresar su melancolía, exaltación, protesta y hastío. Se caracteriza la poesía romántica por:
- Incorporar nuevas combinaciones métricas: Por ejemplo, se recupera el verso de 12 sílabas, los versos de 6 y 7 sílabas poco usados en español o se adaptan formas de otros idiomas.
- La rima en consonante, muy marcada o sonora.
- Los abundantes recursos retóricos, especialmente metáforas, el hiperbatón embellecedor, la dajetivación abundante y los signos “tonales” como interrogaciones o exclamaciones.
En poesía se distinguen dos etapas:
a) Romántica: entre 1835 y 1845. Donde el autor más destacado es José de Espronceda (también José Zorrilla). Se caracteriza por ser muy expresiva, cargada de recursos retóricos, con una rima muy marcada y temas propios del romanticismo como el amor desesperado, la muerte, el funesto destino…
En realidad los rasgos de la poesía romántica que hemos mencionado antes caracterizan a esta primera etapa (el romanticismo tardío es algo diferente como veremos).
- En esta etapa diferenciamos entre poesía lírica y narrativa:
Poesía lírica: Subjetiva y con el “yo” poético como protagonista. El autor muestra sus inquietudes y preocupaciones sobre los temas típicamente románticos antes mencionados (el amor, el destino, la muerte, la marginalidad…)
Poesía narrativa: De ambiente novelesco, imaginativo que consiste en la narración de aventuras y personajes de leyenda.
b) Romanticismo tardío (1860-1870). Destacan Rosalía de Castro y (especialmente) Gustavo Adolfo Bécquer. Se trata de poesía lírica; el tono y la expresividad del poema son más serenos, ya no tan exaltados com en la primera etapa. Hay menos retoricismo y, sobre todo, los poemas se acercan al simbolismo que anticipa la poesía moderna.
Autores destacados:
Jose de Espronceda (1808-1842) Desde jóven luchó contra el absolutismo de Fernando VII, lo que le llevó al exilio, primero en Lisboa y más tarde en Londres.
Vuelve a España tras la muerte del rey en 1833. Se instaló en Madrid junto a su pareja, Teresa Mancha. Llevó una vida agitada en su juventud, propia de una personalidad romántica, pero más tarde entró en política representando al partido liberal. Murió de manera inesperada en 1842.
Cultivó todos los géneros: el teatro, la poesía épico-narrativa (El Pelayo), la novela histórica (Sancho Saldaña), y destacó especialmente como poeta. En 1840 publicó Poesías, una colección de poemas que contiene algunas de sus más importantes creaciones (El mendigo, La canción del pirata, El reo de muerte...). De enorme valor son sus poemas mayores: El estudiante de Salamanca, mas de dos mil versos que revisan el mito de Don Juan encarnado en el estudiante, Felix de Montemar, y El diablo mundo, poema inacabado que pretendía ser una epopeya de la vida humana, seguramente su mejor obra.
Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836 – Madrid,1870) Es una de las figuras más importantes del romanticismo y sus Rimas supusieron el arranque de la poesía moderna española.
Nació en Sevilla, su padre fue pintor y uno de sus hermanos también. Él mismo practicó la pintura, pero después de quedarse huérfano y trasladarse a Madrid, en 1854, la abandonó para dedicarse exclusivamente a la literatura. No logró tener éxito y vivió con limitaciones económicas, colaboró en periódicos de poca categoría. Posteriormente escribió en otros más importantes, donde publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos costumbristas Cartas desde mi celda. En 1864, obtuvo un cargo muy bien pagado de censor oficial de novelas. Hacia 1867 escribió sus famosas Rimas y las preparaba para su publicación cuando con la Revolución de 1868 se perdió el manuscrito y el poeta tuvo que preparar otro, en parte de memoria. Su matrimonio, con la hija de un médico, le dio tres hijos, pero se deshizo en 1868. Bécquer, que desde 1858 tenía una grave enfermedad, probablemente tuberculosis, murió en Madrid el 22 de diciembre de 1870, a los treinta y cuatro años.
Rosalía de Castro. Nació en Santiago de Compostela (1837) y murió también en Galicia en 1885. Buena parte de su vida la pasó en Madrid y diferentes lugares de Castilla, pero la autora nunca se adaptó a esta región, y la añoranza de su tierra gallega fue causa continua de melancolía. No vivió feliz, lo que se refleja en sus poemas (además del desarraigo, sufrió primero una infancia traumática y mas tarde un matrimonio sin amor)
Ha pasado a la historia de la literatura española por su poesía, especialmente por tres obras cumbres; dos escritas en gallego: Cantares gallegos y Folla novas, y una en castellano: En las orillas del Sar, con composiciones cortas de rima asonante en las que la autora reflexiona, con mirada triste y melancólica, sobre su vida, el amor, el dolor y las injusticias sociales.
Otros autores:
José Zorrilla, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado…
5. 3. El teatro
A principios del siglo XIX, cuando irrumpió el teatro romántico, pervivía en la escena española el teatro posbarroco que era el preferido del público, en lugar del teatro neoclásico. Esto fue una ventaja para el dramaturgo romántico que se lanza al escenario con obras que tienen muchos rasgos comunes con las del barroco. La forma dominante en el teatro de la época fue el drama romántico, que se desarrolla entre 1835 con el estreno de Dón Alvaro o la fuerza del sino y finaliza hacia 1850.
Podemos resumir los rasgos generales del teatro romántico en el siguiente esquema:
Estructura,
- Nueva, sin normas, que rompe con las reglas neoclásica con una absoluta libertad creadora.
- Se mezclan géneros: tragedia con comedia y aunque se escriben en verso, también se mezclan la prosa con el verso.
- Se elimina la regla de las tres unidades clásicas de tiempo, lugar y acción del teatro anterior. Ahora el teatro se va a caracterizar por los constantes cambios de escenografía, el argumento se desarrolla en días o años y con acciones paralelas a la principal.
Temas
- Los dramas se suelen ambientar en un pasado legendario y prefieren asuntos caballerescos, de aventuras o históricos
- Los grandes temas de fondo en todas las obras son el amor puro e inalcanzable que siempre acaba de un modo trágico y el destino trágico del ser humano.
Personajes
- La gran creación del teatro romántico son el héroe romántico y su complemento femenino, la heroína romántica
– El héroe romántico es el reflejo de la mentalidad romántica: tiene un origen misterioso, es guapo, virtuoso, apasionado y sufre un destino fatal. Tiene como ideales la libertad y el amor. Busca la felicidad por medio del amor, pero nunca la consigue porque su amor es desgraciado.
– La heroína romántica: es dulce, pura, hermosa y apasaionada
Espacio y tiempo
- Se introducen en las obras grandes efectos escénicos, de luz y sonido. Una escenografía fabulosa y cambiante, a veces difícil de llevar a la escena
- La obra sucede en muy diversos decorados (casi cambian con cada escena) y el desarrollo de la trama puede (y suele) abarcar varios años.
Obras y autores
La Conjuración de Venecia, (1830) de Francisco Martinez de la Rosa. Obra de transición, escrita por un autor de origenes neoclásicos. Por primera vez, se introducen elementos que anticipan el drama romántico como son: el amor pasional, lo misterioso, decorados tétricos como cementerios, ruinas, el ambiente nocturno, etc.
Dón Alvaro o la fuerza del sino (1835), de Ángel de Saavedra, “el duque de Rivas”. La primera obra de teatro romántico estrenada en España y una de las mejores. Sin embargo, el público la recibió con frialdad y desconcierto.
El Trovador (1836) de Antonio García Gutierrez. Estrenó un año después que el duque de Rivas y, en esta ocasión, el público ovacionó la obra que tuvo un éxito inesperado. El triunfo de El trovador supuso el verdadero arranque del teatro romántico en España.
Los Amantes de Teruel,(1837) de Juan Eugenio Harzenbush. Basada en una leyenda, narra la historia de una amor apasionado e imposible. Tuvo, de nuevo, un éxito enorme lo que confirmaba la aceptación del teatro romántico por parte del público
Don Juan Tenorio (1844), de José Zorrilla. La última gran obra del teatro romántico y que con el correr de los años se ha convertido en un clásico del teatro español.